Diciembre 2021

 01/12/2021

NOTICIA. Del 29 al 30/11/2021 tuvo lugar la VIII Conferencia Ministerial del Foro de Cooperación China-África (FOCAC)

 

Neocolonialismo y desarrollo de las fuerzas productivas mundiales

Con la asistencia de las delegaciones de 53 de los 54 Estados africanos se celebró en Dakar (Senegal) la VIII Conferencia Ministerial del Foro de Cooperación China-África (FOCAC). En la misma,  China se comprometió a suministrar 1.000 millones de dosis de vacunas adicionales a la parte africana para combatir la pandemia de Covid-19, entre las cuales 600 millones de dosis serán donaciones, y 400 millones de dosis serán proporcionadas mediante formas como la coproducción entre empresas chinas y los países africanos pertinentes, y enviará a África a 1.500 trabajadores médicos y expertos en salud pública en 10 proyectos de asistencia médicos y sanitarios.

Desde el año 2000, con la creación del Foro de Cooperación China-África, las empresas chinas han utilizado diversos fondos para ayudar a los países africanos en un mayor número de proyectos de infraestructura. Wu Peng, jefe del departamento de asuntos africanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, indicó que en ese periodo se han desarrollado más de 1.100 programas conjuntos China-África con la participación de cerca de 100.000 técnicos y trabajadores chinos, en el que se han construido 10.000 kilómetros de vías férreas y casi 100.000 kilómetros de carreteras, sin que la pandemia haya paralizado importantes proyectos conjuntos de infraestructura como el ferrocarril Mombasa-Nairobi y el ferrocarril Addis Ababa-Djibouti.

En el período enero-octubre del presente año, el comercio de bienes entre China y África reportó un aumento interanual del 27,4%, alcanzando la cifra de 209.800 millones de dólares,  según los datos de la Administración General de Aduanas. En esos diez meses, la tasa de crecimiento de las importaciones superó a las exportaciones. Las exportaciones de China a África alcanzaron los 122.462 millones de dólares entre enero y octubre, cifra que representa un aumento interanual del 24,5%; en tanto, las importaciones de China del conjunto de África totalizaron los 87.345 millones de dólares, con un aumento interanual del 31,7%, constituyendo los productos mecánicos y eléctricos el 45,4% de la valor total de la exportaciones, y la mano de obra un 27,3%.

El presidente de Senegal, Macky Sall, copresidente de FOCAC, señaló en su discurso inaugural, que Senegal ha tenido la responsabilidad de organizar el VIII foro.

Sall, propuso cinco prioridades para la Hoja de Ruta de la Conferencia Ministerial: 1. seguridad sanitaria; 2. modernización agrícola; 3. formación técnica y profesional; 4. desarrollo de infraestructura, y 5. desarrollo de capacidades industriales de África.

"Veintiún años después de su lanzamiento, podemos estar orgullosos de los logros alcanzados, gracias a la colaboración de nuestros Estados, nuestras ciudades, nuestras compañías y nuestros pueblos, en un espíritu de amistad cordial, solidaridad activa, confianza y respeto mutuos". "Amistad, solidaridad, confianza y respeto, en esto radica la fortaleza de nuestro foro y es esta fuerza la que debe continuar para llevar adelante nuestra visión y ambición de  futuro de desarrollo sostenible para construir una comunidad China-África con futuro compartido en la nueva era".

------------------

Fuente datos. Banco Mundial. Elaboración propia. 

La relación de China con África se fraguó en los procesos de descolonización que transformaron políticamente el mapa africano y asiático en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, desarrollando una cultura política común de buscar primero la soberanía política, como base para modernizar las sociedades de los territorios emancipados. Aunque, a día de hoy, desde el punto de vista histórico de transformación de las sociedades originarias de cultura agraria, ajenas a los cambios de 200 años de revolución industrial, se puede considerar que los países descolonizados están dando sus primeros pasos.

Los fundamentos de la unión entre los países en desarrollo nacen de sus vicisitudes en alcanzar su emancipación de pueblos colonizados. Para China, tras las descolonizaciones, la unión de las naciones del Tercer Mundo, donde habita la mayoría de la humanidad, constituye la fuerza política destinada a transformar el mundo para alcanzar la prosperidad económica de la mayoría de la humanidad y alcanzar la fraternidad entre las naciones en base a los cinco principios de la coexistencia pacífica.

La colaboración Sur-Sur que surgió al calor de los procesos de descolonización ha continuado y cobrado un mayor impulso en el siglo XXI, pero ahora, para avanzar en el desarrollo económico cooperativo y compartido, en el que se sitúan no solamente los países africanos sino también los de América Latina. La colaboración Sur-Sur tiene especial relevancia para China, pues su aspiración mundial sigue siendo contribuir a alcanzar la prosperidad económica de los países en desarrollo y la paz mundial.

 ----------

La relación Norte–Sur, no ha cambiado sustancialmente para Occidente. La naturaleza de la misma sigue siendo una relación de dominación de ganadores y perdedores, en la que los países occidentales (antes imperios coloniales), siguen aferrados a la visión neocolonial de que las naciones en desarrollo deben seguir tuteladas.

De manera diferente los países emergentes comprometidos en fortalecer la colaboración Sur-Sur, se basan en una relación de ganar todos en un destino común compartido, y la aportación que pueden hacer a las naciones en desarrollo en el campo del conocimiento y de la tecnología para que puedan alcanzar por si mismas su propio desarrollo, constituye la esperanza de un nuevo mundo libre de hegemonías.

En el caso de la relación entre China y las naciones africanas, los avances que se esperan de China en diversas áreas del conocimiento y la tecnología en el próximo lustro, deberán tener su reflejo también en el avance de las naciones africanas principalmente del África Central y Austral. Esa será la mejor manera de conocer en la práctica el éxito de la estrategia de la relación de la prosperidad compartida China-África.

-----------

Esta competencia, entre el modelo neocolonial occidental, y la prosperidad compartida propuesta por China, está entrando en una coyuntura global que podrá ser decisiva en la forma en la que se configura el mundo en desarrollo.

El modelo neocolonial se sustenta en la concentración de la demanda efectiva mundial en los países desarrollados, y esta concentración es la que determina el conjunto de relaciones económicas y políticas globales El PIB mundial ha venido creciendo principalmente por el incremento constante de la demanda efectiva en los países desarrollados en base al estímulo de la sociedad consumista: Renovación frecuente de automóviles, promoción de la segunda vivienda, vacaciones etc.

Las poblaciones de los países en desarrollo carecen de infraestructuras y renta para demandar bienes de consumo, y por lo tanto el PIB se basa principalmente en la exportación de las materias primas para satisfacer la demanda efectiva consumista de las sociedades económicamente desarrolladas.

Para llegar a una sociedad demandante de bienes consumo se precisa de un orden previo en la creación de la estructura económica de una nación. En primer lugar se precisa de la implementación de las infraestructuras necesarias, tales como: generación de energía y tendidos eléctricos; la dotación domiciliaria de electricidad y agua corriente; la construcción de carreteras y vías férreas; el desarrollo de dotaciones para la educación y la sanidad etc.

Sobre esas bases previas es la que se asienta y se desarrolla la sociedad de consumo. De todos los países en desarrollo, China es la nación que más éxito está teniendo en la conformación de una economía estructurada y autocentrada, en su propias necesidades de desarrollo, de tal manera que ha entrado ya en una fase en la que, al igual que en las sociedades desarrolladas, el consumo doméstico y la innovación científico-técnica es la base fundamental de su crecimiento económico.

El resto de países en desarrollo tienen todavía un camino largo por recorrer, en el que China se ha comprometido en la medida de sus posibilidades a ayudar a transitarlo con la creación de infraestructuras.

Las denominadas eufemísticamente ayudas occidentales al desarrollo basado en ONGs, no tienen nada que ver con el desarrollo de las naciones, ya que estas organizaciones no tienen recursos técnicos y financieros para la creación de las grandes redes de infraestructuras en las que se fundamenta el desarrollo estructurado, limitándose a ejercer como meros entes caritativos.

Sin embargo, el mayor impedimento para promover las políticas de un desarrollo estructurado, es la existencia en la mayoría de los países en desarrollo de oligarquías económicas seculares que no tienen interés en encarrilar a sus naciones en el camino  de un desarrollo estructurado, y se han acomodado y subordinado al modelo económico liderado por las naciones desarrolladas, del que son, en sus respectivos países, sus principales beneficiarios al detentar la propiedad de los materias primas nacionales orientadas a satisfacer el consumo de los países ricos.

Este modelo neocolonial es defendido a ultranza por las élites económicas y políticas de los países desarrollados principalmente de EEUU. Cualquier intento de soberanía popular sobre las materias primas, que pueda privar a las oligarquías de los países en desarrollo de su control sobre las mismas, son rápidamente combatidas mediante la desestabilización política, la promoción de golpes de Estado e intervenciones militares. El caso más paradigmático es Venezuela, país que cuenta con las mayores reservas del mundo de petróleo. Durante más dos décadas los gobernantes de esa nación vienen siendo estigmatizados por los grandes medios de comunicación occidentales controlados por el poder financiero occidental, alimentando en la ciudadanía occidental la mentalidad neocolonial de intromisión en la política en otras naciones. De tal manera que, el neocolonialismo ha pasado a asentarse de manera importante en la propia conciencia  de las sociedades occidentales.

Sin embargo, el cambio de rumbo en los fundamentos del crecimiento económico mundial, pueden ir acabando lentamente con el modelo neocolonial instituido después de la Segunda Guerra Mundial por EEUU y las antiguas metrópolis coloniales occidentales.

El crecimiento de la demanda efectiva sobre el que se fundamenta el crecimiento del PIB mundial, está pasando de los países desarrollados a los países emergentes particularmente a China que está contribuyendo en los últimos años con más del 30% al crecimiento del PIB mundial, y está ayudando a los países en desarrollo a crear las bases para un crecimiento estructurado con la construcción de infraestructuras, lo que en un futuro será determinante para que estas naciones puedan convertirse en sociedades de consumo y, con ello, la economía mundial irá dejando de estar concentrada en los países desarrollados.

La propias oligarquías de los países en desarrollo en la medida que se produzca este cambio, se verán en la tesitura entre seguir uncidas a la servidumbre occidental o apostar por el desarrollo estructurado de sus naciones con la ayuda de los países emergentes.

En esa coyuntura, la conciencia política de las sociedades de los países en desarrollo necesariamente irá evolucionando hacia gobiernos populares y progresistas, de tal manera que cuando se llegue a un grado crítico en la suma de la autoconciencia política de estas naciones, podrán catapultarse en su emancipación neocolonial con la fuerza que en su día lo hicieron con la descolonización.

Fuente datos. Banco Mundial. Elaboración propia.