NOTICIA. China conmemora el 70
Aniversario de la fundación de la Republica Popular China
Comentario
China en
una nueva era
El 01/10/2019, se cumplieron 70
años de la fundación de la República Popular China (RPCh). Las autoridades
Chinas han dado a este aniversario una especial relevancia por el momento
histórico en el que se encuentra China.
En la mente de los
revolucionarios que tomaron el poder en 1949, la fundación de la RPCh,
significaba el punto de partida para una China que ansiaba salir del estado de
postración colonial al que le había sometido desde el siglo XIX Gran Bretaña y
otras potencias occidentales y la humillación de la invasión japonesa entre
1931 y 1945.
La floreciente civilización
china que durante los oscuros años del medievo en Occidente representaba el
mundo más avanzado de la época, a partir del siglo XVI el renacimiento europeo
iría eclipsándola. No habían pasado cien años, desde que el gran navegante
chino Zheng-Ge (1405-1433) había recorrido el Pacífico y el Índico, llegando a
la conclusión de que fuera de China solo existían bárbaros, cuando los
navegantes portugueses tomarían la iniciativa de retomar las rutas abandonadas por Zheng-Ge para
llegar hasta las fronteras de China (Jorge Álvares 1513).
Las potencias marítimas
emergentes occidentales principalmente España, Portugal, Francia y Gran Bretaña
iniciarían la conquista de amplios territorios de ultramar dando lugar a la
colonización y expolio de sus riquezas. Las compañías comerciales marítimas establecerían
una nueva economía global aunque circunscrita a los territorios respectivos de
cada potencia europea, que provocaría rivalidades y enfrentamientos constantes,
ello y la agresividad con la que se conquistaban territorios y poblaciones daría
lugar a notables avances en la industria militar particularmente en las armas
de fuego. Gran parte de las riquezas que se obtenían con el comercio de
materias primas y el tráfico de esclavos pasaría a manos privadas dando lugar a la
primera acumulación originaria de Capital, que otorgaría un creciente poder
económico a una nueva clase de burgueses que aspiraban a gobernar en las
metrópolis europeas, aunque para ello debían desplazar del poder político a la
nobleza. La Revolución Francesa (1789), y las revoluciones liberales en el
siglo XIX acabarían con el Antiguo Régimen feudal en Europa, constituida en el
Centro Económico Mundial.
Desde el siglo XVI hasta el
siglo XIX, China vivió de espaldas al mundo, encerrada en un sistema feudal
regido por la despótica dinastía Manchú de los Qing (1644-1912). Las potencias
occidentales aspiraban a controlar el vasto imperio Chino, y en el siglo XIX,
Gran Bretaña, Francia y Portugal establecieron sus colonias en territorios de
China. A principios del siglo XX, un movimiento político y social que aspiraba
a la revitalización de la nación china liderado por el doctor Sun Yat Sen
(1866-1925), pondría fin al Antiguo Régimen imperial y sería el primer
presidente de la nueva República China (1912).
Sin embargo, el sueño de Sun Yat
Sen de la revitalización de la nación
china no pudo materializarse, por el contrario China paso a estar gobernada
por señores de la guerra que sumió a China en un nuevo caos. En 1931 Japón
iniciaría la ocupación de parte de China y en 1936 extendería su ocupación por
todo el territorio chino. El Kuomintang y los revolucionarios chinos bajo el
liderazgo de Mao Zedong, sin dejar de lado sus diferencias se enfrentarían a lo
invasores japoneses. En 1945 tras la derrota de las fuerzas fascistas del eje,
el ejército japonés fue expulsado de China. Los revolucionarios chinos bajo la
dirección del Partido Comunista (PCCh) propusieron al Kuomintang que presidía
el gobierno de Nankín el establecimiento de un gobierno de unidad nacional, pero la sistemática negativa del Kuomintang
a compartir el poder hicieron imposible el acuerdo, reanudándose el
enfrentamiento militar entre el Gobierno de Nankín y el Ejército Popular de
Liberación (ELP) del Partido Comunista.
Mientras el Gobierno de Nankín
mantenía el control sobre los principales núcleos urbanos del país, el Ejército
Popular de Liberación consiguió hacerse con el control del medio rural en el
que vivía el 90% de la población. A finales de 1948, las ciudades del norte de
China se habían convertido en islas de poder del Kuomintang inmersas en un medio
rural bajo control revolucionario. La táctica de Mao Zedong de controlar el
campo había sido un éxito. A lo largo de 1949, las grandes ciudades fueron tomadas
por el Ejército Popular de Liberación, y el Gobierno de Nankín hubo de
replegarse hacia el sur, hasta acabar en la isla de Taiwán. Tras la victoria
revolucionaria, el 1 de octubre de 1949 se proclamaría la fundación de la nueva
República Popular China (RPCh).
Las etapas más significativas
que han caracterizado los setenta años de la (RPCh), han sido:
1949-1959
Abolición del régimen feudal
La población de China en su
inmensa mayoría era rural en un régimen de propiedad feudal o latifundista. En
los primeros años de la RPCh el estado confiscó la tierra a los terratenientes y
la distribuyó entre los campesinos en un sistema de comunas.
1959-1979
Controversia sobre el proceso de industrialización
El reto más importante para la
nueva república constituiría la industrialización del país. Los funcionarios
más cualificados provenían de la antigua élite imperial, la reticencia de parte
de los revolucionarios chinos, entre los que se encontraba Mao Zedong, de que
esa élite participase en la gestión del Estado les llevaría a cuestionar el
modelo de industrialización centralizada, inclinándose porque fueran las
organizaciones comunales dirigidas por el PCCh las que debieran tomar la
iniciativa.
El Gran Salto Adelante (1959)
formaría parte de ese proyecto. Miles de comunas comenzarían a producir acero
en hornos artesanos, pero su fracaso fue también notorio, y Mao Zedong sería
apartado de la presidencia. Años más tarde volvería de nuevo al poder, y en
1966 iniciaría la Revolución Cultural con el fin de remover a la vieja élite de
funcionarios de sus puestos en la administración. Durante los diez años que duró
la Revolución Cultural (1966-1976) la lucha de clases sumiría a China en el
caos, siendo considerada por los actuales gobernantes chinos como el periodo
más calamitoso de la RPCh.
1979-2009
El camino de la modernización.
Con la Revolución Cultural la
vieja China quedó atrás, y tras la muerte de Mao Zedong (1976), China bajo el
liderazgo de Deng Xiao-Ping (1979) entraría en una nueva Etapa. Con una
renovada administración el objetivo principal se centró en el desarrollo y la
modernización de la nación. La economía de China comenzó a integrar la
producción manufacturada de las potencias desarrolladas. En el año 2001 China
se integraría en la Organización Mundial de Comercio (OMC) pasando a ocupar un
papel destacado en la economía mundial. Hasta el año 2008 su crecimiento
económico anual se situó por encima del 10% de su PIB, más de 600 millones de
chinos saldrían de la pobreza y el Estado chino se convirtió en la nación con
el mayor volumen de reservas de divisas que superarían los tres billones de dólares.
2009-2019
La nueva era de China.
La crisis financiera del 2008
pondría fin a este modelo económico. La caída de la demanda efectiva en los países desarrollados de la que dependía su
economía situaría a China en una encrucijada. La primera reacción de los gobernantes
chinos fue promover medidas de estímulo apoyándose en sus cuantiosas reservas
monetarias. Tal medida respondía a la coyuntura del momento, ante el
desconocimiento de si la naturaleza de la crisis iniciada en el 2008 era de
carácter coyuntural o estructural.
La prolongación de la crisis
haría ver a los gobernantes chinos que las medidas de estímulo, pensadas para
unos años, debido al prolongado estancamiento económico de los países
desarrollados, no podían perpetuarse, y la necesidad de avanzar hacia otro
modelo económico basado en la demanda efectiva interna, la innovación y la
apertura de nuevos mercados en los países en desarrollo, comenzó a cobrar
fuerza entre los dirigentes chinos.
El XVIII congreso del PCCh, celebrado en noviembre del 2012,
abriría las puertas a la implementación del nuevo modelo económico. Los nuevos
gobernantes emprenderían una profunda transformación de las fuerzas productivas
nacionales fomentando el carácter innovador de su población que liberaría el
enorme potencial de la sociedad china en ciencia y tecnología; se iniciaría una
renovada apertura hacia los espacios económicos de los países en desarrollo
tanto en África como en América Latina; en Asia se implementaría la iniciativa
de la Nueva Ruta y Franja de la Seda, y la asociación de los BRICS cobraría un
nuevo impulso al convertirse en una asociación no solo política sino económica.
Desde que China en el año 2012
comenzara su nuevo rumbo, con Xi Jiping como su timonel, la economía China se
ha ido situando globalmente como la más
dinámica, no solamente por el sostenido crecimiento de su PIB en torno a un 7%
anual que, en medio de una persistente atonía económica de los países
desarrollados, representa el mayor aporte al crecimiento del PIB global, sino
porque las sinergias en innovación de una población de más de 800 millones de
trabajadores está convirtiendo a China en una potencia tecnológica, a la vez
que la mejora continua de su productividad
técnica le está permitiendo incrementar el poder adquisitivo de su
población y mantener una posición competitiva ventajosa en el mercado global.
Después de casi dos siglos la
aspiración del doctor Sun Yat-Sen fundador de la primera república china en
1912, y la de los fundadores de la República Popular China en 1949, de revitalización de China se está
cumpliendo. El objetivo de los gobernantes chinos de alcanzar una sociedad
modestamente acomodada para el centenario de la fundación del Partido Comunista
de China en el año 2021, es una realidad al alcance de la mano, y abre las
puertas a la conquista del objetivo para el centenario de la fundación de la
RPCh en el año 2049 de instaurar una sociedad socialista avanzada respetuosa
con el medio ambiente.
China y el mundo
en la nueva era
Los países desarrollados
acostumbrados a ser globalmente líderes en solitario en innovación y
productividad, perciben con inquietud la emergencia de China. Los países de la
UE, a la vez que compiten con China, están inclinándose a participar de los beneficios
del auge de China; a diferencia, EEUU, dominador global de las relaciones
económicas y financieras mundiales, se orienta hacia la contención de China,
pero en un mundo económicamente globalizado los efectos de sus políticas
destructivas como la imposición de barreras comerciales y el acoso a empresas
chinas pioneras en innovación como Huawei, son limitados, y no van a impedir el
desarrollo de China. Los gobernantes chinos se caracterizan por su moderación
pero no cabe en ellos la claudicación, y su respuesta será tranquila pero
firme. La crisis con EEUU va a representar para China una
nueva oportunidad para deshacerse de la dependencia tecnológica de EEUU,
y le impulsará a acelerar la meta de ir dejando atrás el modelo productivo,
"fabricado en China" por el "hecho en China".
En el fondo de la cuestión, la
crisis comercial abierta entre China y EEUU obedece a dos visiones del mundo y
a dos concepciones ideológicas del mismo:
-EEUU apegado a la ideología de
la dominación mundial, en la que el papel
asignado al resto de naciones es el de la subordinación a sus dictados, y en
caso de insubordinación se aplica sobre ellos la tiranía de las sanciones
económicas, que su posición privilegiada en el sistema financiero mundial le
permite ejercer.
-China orientada hacia el
objetivo de alcanzar una comunidad mundial de destino compartido basada en
los cinco principios de la coexistencia pacífica: 1. el respeto a la soberanía
e integridad territorial de cada país; 2. la no agresión; 3. la no injerencia
en los asuntos internos de otros Estados; 4. la igualdad en las relaciones, y
5. el beneficio mutuo.
Durante cinco siglos Occidente
ha dominado el mundo, primero bajo el modelo colonial, y posteriormente con el
modelo neocolonial de mantener a los países en desarrollo anclados al subdesarrollo de ser exclusivamente
suministradores de materias primas, por el contrario, para China la cooperación
Sur-Sur para impulsar un desarrollo compartido
es uno de sus ejes principales en su política global.
La contradicción entre
subdesarrollo y desarrollo seguirá marcando el futuro de la economía mundial, y
con la crisis abierta por EEUU contra China, el desarrollo de la economía de
China irá dejando de sustentarse de manera prioritaria en el comercio con los
países ricos, para concentrarse en el consumo interno y en el impulso a la prosperidad
de los países en desarrollo.
Hasta ahora, debido a la
concentración de la demanda efectiva
en los países desarrollados y su dominio científico-técnico, los países en
desarrollo no tenían más opciones económicas que someterse a los dictados
occidentales, sin embargo la emergencia económica y científico-técnica de China
y de los BRICS rompe ese monopolio, y abre una puerta de esperanza a los países
en desarrollo de liberarse de la tiranía mundial de EEUU en las relaciones
internacionales.
El pasado 25/06/2019, el
vicepresidente chino, Wang Qishan, en una reunión con delegados extranjeros
manifestó que el interés de China es promover el desarrollo económico de alta
calidad para beneficiar al mundo. "El desarrollo de China está
estrechamente entrelazado con el del mundo" "Haremos bien lo que nos
corresponde, buscaremos abordar los problemas del desarrollo desigual y del
subdesarrollo y promoveremos el desarrollo económico de alta calidad para
beneficiar al mundo".
En esta manifestación Wang
Qishan expresó la que va a ser la política de China en el futuro, una renovada
apertura hacía los países en desarrollo, con la convicción de que China está
preparada para ayudarles a romper el nudo gordiano del vasallaje tecnológico de
los países desarrollados. En este impulso, en los dirigentes chinos, no
solamente cuentan los intereses como nación, sino que responde a principios
ideológicos reiterados por sus dirigentes, de caminar hacia una civilización
global prospera, en armonía entre pueblos y naciones y respetuosa con el medio
ambiente.