Abril 2019


01/04/2019

NOTICIA. El presidente de EEUU, Donald Trump, recaba la salida de los asesores rusos de Venezuela, y afirma que EEUU tiene entre otros el proyecto de invadir militarmente esa nación.
NOTICIA. El presidente de EEUU, Donald Trump, reconoce unilateralmente la soberanía de Israel sobre los altos del Golán Sirio.

Comentario

Venezuela. Oriente Medio. El valor de la resistencia

En la segunda parte de su mandato de cuatro años, la actual administración estadounidense se ha involucrado en una ofensiva internacional para demostrar al resto de naciones su excepcionalidad como potencia rectora de las relaciones internacionales, dejando de lado la legalidad internacional que emana de la ONU.
El consenso alcanzado después de la Segunda Guerra Mundial, para establecer un marco legal internacional con centro en el CSNU, ha sido quebrantado varias veces por EEUU, pero la singularidad del momento actual es la ostentación de su rechazo a las decisiones de esa institución.
A diferencia de los preliminares de la invasión de Irak en el año 2003, en los que la estrategia de EEUU se centró en intentar engañar a la ONU, presentando falsas pruebas de armas de destrucción masiva para recabar su apoyo a la invasión militar, en la actualidad, ha pasado a dejar claro al mundo que no precisa de esa institución para dar a Israel la potestad sobre los altos del Golán Sirio, o para invadir, cuando lo considere necesario, militarmente Venezuela.
Desde el final de la URSS, EEUU, ha considerado a la ONU una institución obsoleta, al entender que el equilibrio entre las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial, que dio lugar a la ONU, finalizó tras las desaparición de la URSS.
En el seno de la élite político-militar estadounidense conviven dos tendencias, los que piensan que la ONU puede servir de tapadera a sus agresiones militares contra otras naciones como sucedió en Libia, y quienes consideran la posibilidad de que EEUU abandone esa institución, estando encabezada esta corriente por el actual asesor presidencial Steve Bannon, quien en su día, fue uno de los artífices de la invasión de Irak en el 2003, y que paradójicamente, Donald Trump, a pesar de haber considerado, a posteriori, aquella invasión como un error, lo ha designado como su guía estratégico.
En la concepción de "EEUU primero", quienes pensaron que tal principio podía suponer que EEUU iba a abandonar sus proyectos de dominación global, habrán podido comprobar lo pueril que era su esperanza. La política de EEUU primero puesta al frente de su objetivo de dominación global, se convierte de facto en que EEUU pasa a erigirse por encima de todas las instituciones internacionales.
Sin embargo, EEUU no abandonará la ONU. Esta institución está muy arraigada en el marco internacional y tiene un alto grado de aceptación mundial, y su abandono daría a las potencias que EEUU considera rivales, principalmente Rusia y China, mayor influencia internacional, por lo que su política actual es la de instrumentalizarla oportunistamente, apoyándola cuando coincide con sus intereses, e ignorándola cuando no son favorables.
Los partidarios de abandonar la ONU, creen que ese paso solo se podrá realizar cuando exista una serie de naciones dispuestas a crear una institución internacional paralela, bajo el incuestionable liderazgo de EEUU. De hecho, un primer intento se realizó a principios de siglo sobre la base de las alianzas fraguadas para la invasión militar de Irak, iniciadas con  el llamado trío de las Azores: EEUU, Gran Bretaña y España. Entonces, la oposición de Francia y Alemania daría al traste con el proyecto de formar una Liga de Naciones alternativa a la ONU. Con posterioridad, hubo otro intento con la formación de la coalición denominada eufemística e hipócritamente "amigos de Siria", para agredir a esa nación.
En la actualidad, la administración estadounidense, con Steve Bannon al frente, está intentado reeditar esa liga de naciones alternativa a la ONU, con la adhesión de naciones a sus políticas contrarias a la legalidad internacional como son la injerencia en la política de Venezuela, y el reconocimiento de la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán Sirio. A este proyecto se han sumado, hasta ahora, los gobiernos derechistas de Brasil, Colombia y Honduras, y en el caso del acoso a Venezuela, los países europeos satélites de EEUU.
Estos intentos de EEUU por conseguir la hegemonía mundial absoluta, ha puesto a Rusia y China en guardia, y progresivamente estas dos naciones han alcanzado plena sintonía en la defensa del derecho internacional; no obstante, la derrota de las ambiciones estadounidenses de imponer la ley del más fuerte en las relaciones internacionales para poder apropiarse de los recursos de los más débiles, va a depender principalmente de la propia resistencia de las naciones agredidas.
Todos los imperios, antes de materializar una agresión, ponen a prueba a sus contendientes. Las amenazas y las sanciones buscan sobre todo promover la división política y social interna, y si esta obtiene éxito, seguidamente le llevará a la invasión militar. Éste es un guión que EEUU ha seguido en Irak, Libia y Siria, y ahora pretende reeditarlo con Venezuela.
La base de la resistencia es la unidad cívico-militar de la sociedad frente a la agresión y su voluntad decidida de resistir. A lo largo de la historia, han existido varios ejemplos de resistencia, siendo conocida las más heroica como "numantina" por la resistencia hasta la muerte que protagonizaron los habitantes de Numancia antes de ser sometidos por el Imperio Romano (133 ac). En la reciente historia contemporánea, se puede considerar que los dos ejemplos más emblemáticos de resistencia a agresiones imperialistas han sido: Stalingrado frente al ejército nazi (1942-1943), y Vietnam frente al ejército estadounidense (1964-1975).
En diferentes momentos históricos, han existido naciones que se han convertido en el emblema de la resistencia. En la primera mitad del siglo XX, lo fue España, frente al auge del fascismo y del imperialismo nazi. Miles de brigadistas internacionales así lo entendieron, y se sumaron al bando de quienes defendían la democracia republicana frente a la sublevación fascista del general Franco. En los años setenta, Vietnam se convirtió en otro emblema, millones de personas en todo el mundo demandaron en las calles el final de la guerra.
Ahora, la defensa de Venezuela y de su legitimo gobierno, que pretende ser usurpado por quienes actúan como un caballo de Troya contra su patria con el apoyo de gobiernos que ambicionan sus ingentes recursos petroleros, se ha convertido en el paradigma de la defensa de la legalidad internacional como fundamento esencial para preservar la Paz y la concordia entre las naciones.

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