06/03/02014
NOTICIA. El 05/03/02014, el presidente de
EEUU Donald Trump, firmó una orden
ejecutiva de implementación de una hoja de ruta para prevenir el suicidio
de militares veteranos.
Comentario
La crisis de los militares veteranos
estadounidenses
El 05/03/02014, en un acto
público el presidente de EEUU Donald Trump anunció la firma de una orden
ejecutiva para hacer frente a una creciente epidemia de suicidios de militares
veteranos. La orden crea un grupo de trabajo a nivel de gabinete encabezado por
el secretario de Virginia, Robert Wilkie. La comisión tendrá la tarea de crear un plan nacional para
reducir de manera más efectiva la cantidad de suicidios de veteranos militares.
La iniciativa se ha denominado PREVENCIÓN,
habilitando el número de teléfono 800-273-8255 de Estados Unidos para
los veteranos que necesiten ayuda.
En la ceremonia de presentación,
Donald Trump, afirmaría. " El
suicidio de veteranos es una tragedia de proporciones asombrosas". Hay más de 6.000 suicidios de veteranos por
año, "¿Quién creería que eso es
posible?, y la tasa de suicidios de los soldados posteriores al 11 de
septiembre ha aumentado significativamente en los últimos diez años".
"Debemos cumplir nuestras promesas a
quienes nos mantienen libres".
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Según el Departamento de Asuntos
de Veteranos, un promedio de veinte veteranos del servicio militar por día
mueren por suicidio, representando el 18 % de las muertes por suicidio en EEUU,
mientras este colectivo solo representa el 8,5 % de la población adulta
estadounidense. Las tasas más altas, se hallan entre los militares veteranos de
entre 18 y 34 años de edad, siendo las armas de fuego el medio utilizado para
quitarse la vida en más de un 60% de los casos.
La crisis de suicidio entre los
militares estadounidenses comenzó a tener relevancia después de la guerra de
Vietnam (1964-1975), pero ha sido tras las guerras de Afganistán (2001) e Irak
(2003), cuando las cifras han aumentando de forma dramática. Los militares que
han regresado de Irak y Afganistán sufren varios problemas, entre ellos,
desempleo, trastorno de estrés postraumático y lesiones físicas.
Los programas de prevención del
suicidio están enfocados en tratar los casos individualmente a través de la
asistencia psicológica y planes de reinserción social. Sin embargo, los miles
de millones de dólares asignados a estos programas en los últimos años no han
frenado la tasa de suicidios.
Los factores desencadenantes que
pueden inducir a una persona al suicidio pueden ser diversos, pero cuando todos
coinciden en un colectivo en una edad joven, se puede afirmar que existen unas
causas comunes de fondo, lo cual cuestiona el tratamiento individual de los
casos y se debe considerar abordar el
problema desde un enfoque colectivo.
La percepción social en amplias
capas de la sociedad americana sobre el colectivo de veteranos de guerra deja
mucho que desear de la imagen dada por Donald Trump de héroes de guerra
admirados allí donde van, sino que existe una opinión extendida de que son
personas de carácter violento y con escasa capacidad de adaptación social.
Con esta consideración, cuando
los miembros de este colectivo tratan de reincorporarse a la vida civil, muchos
empresarios temen contratarlos por su difícil integración y por miedo a que
puedan protagonizar altercados, y de igual modo entre las personas con las que
estos ex-soldados tienen que convivir, también hay quienes optan por alejarlos
de su círculo de amistades por considerarles imprevisibles.
Este rechazo social, por muy
sutilmente que se realice, no pasa desapercibido, y al dolor que puedan tener
estos veteranos como consecuencia de haber participado en la guerra, se suma la
frustración de una sociedad que lejos de reconocerles su aportación a la
nación, les dan la espalda. El suicidio es el final a un camino que consideran
sin salida.
Pero todo comienza porque la
preparación militar y la guerra transforma la personalidad de estas personas, y
son éstas las cuestiones de fondo que hay que tener en cuenta. La preparación
militar si está basada en la deshumanización del soldado inevitablemente tendrá
sus consecuencias, pero aunque no sea así, la guerra puede hacer vivir al
soldado situaciones contrarias a su entendimiento de la moral y la justicia, y
ello puede pesar sobre su conciencia para siempre.
La diferencia entre un soldado y
un mercenario, es que el primero tiene unas convicciones morales que no las
tiene el segundo. Para un soldado no todas las guerras son iguales. La causa
por la que se lucha cuenta. Cuando se tiene la convicción de estar luchando en
una guerra justa, esta convicción sirve para mantener la autoestima, el honor y
la dignidad tanto en el combate como cuando se retorna a la vida civil, pero si
esa convicción flaquea la destrucción moral y sicológica puede ser inevitable.
Ninguna guerra de agresión es
justa. En la guerra como en otras circunstancias de la vida, el lado justo
pertenece siempre a quien se defiende de la agresión, y las guerras de EEUU en Irak,
Siria y Libia, han sido y son guerras injustas, no solamente porque EEUU ha sido
el agresor, sino porque las mismas se han llevado a cabo al margen del derecho
internacional.
Cuando el presidente de EEUU,
dice sobre los veteranos militares: "Debemos
cumplir nuestras promesas a quienes nos mantienen libres", hay que
preguntarse, qué relación tienen las guerras de agresión con la libertad de la
ciudadanía y la nación estadounidense. Se puede subir el volumen mediático y
adornar la guerra con la hermosa palabra de "la libertad", pero la
realidad con la que se encuentran los soldados estadounidenses es que sufren el
rechazo de la población en los países ocupados, y cuando retornan a sus
hogares, en muchos casos, también sufren el rechazo de sus propios
compatriotas. En estos ex-soldados, si existió la convicción de haber participado
en una guerra justa, ésta a posteriori, ante las evidencias del rechazo, se
desmorona, y solo les queda un enorme vacío moral.
No es nuevo, todos los imperios
han sufrido los efectos colaterales de las guerras injustas, y tuvieron como en
Roma que recurrir progresivamente a ejércitos de mercenarios, que a la postre
terminaron arruinándolo.