20/12/2018
NOTICIA. EEUU anuncia la retirada de sus tropas en
Siria
Comentario
El nuevo escenario político en
Siria
El 19/12/2018, las portavoces de
la Casa Blanca y del Pentágono, Sarah Sanders y Dana White, confirmaron en
Washington que, después de una entrevista con el presidente turco Recep Tayyip
Erdogan, el presidente Donald Trump ordenó la evacuación de todo el personal militar
estadounidense presente en Siria, cifrado en uno 2000 efectivos que se
replegarán a Irak.
Un decisión que está en contradicción
con lo anunciado por EEUU en años y meses pasados de que mantendría su presencia
militar en Siria mientras no existiese una solución política para la salida del
poder del presidente de Siria, Bashar al-Ásad, y existiesen en Siria elementos armados
pertenecientes al Estado Islámico, y que el curso de los acontecimientos ha
obligado a reconsiderarlas.
El presidente de Siria es en la
actualidad el líder carismático del Ejército Árabe sirio que ha sido decisivo
en la derrota del Estado Islámico y en la liberación de la mayor parte del
territorio de Siria de las milicias armadas insurgentes y que está permitiendo
que cientos de miles de sirios puedan volver a Siria a reconstruir sus hogares,
por lo que la destitución de Bashar al-Ásad por la fuerza de las armas, se ha
convertido en una ilusión irrealizable.
Respecto al Estado Islámico,
EEUU lo ha estado combatiendo para apoyar a sus aliados kurdos-sirios ubicados
en la margen izquierda del río Éufrates, en el noreste de Siria, donde la
aviación de EEUU conjuntamente con la de la coalición internacional de los
países del OTAN, en los meses de mayo, junio y julio del 2017 bombardearon sin
piedad con fósforo blanco a la población civil en la que fuera capital del
Estado Islámico, Al Raqa, para propiciar su éxodo y que pasara a ser habitada
por los kurdos-sirios como así fue. En diciembre del 2017, con la liberación
por el Ejército Árabe Sirio y sus aliados de Abukamal, en la margen derecha del
río Éufrates, el Estado Islámico fue expulsado de todas las ciudades en
territorio sirio, quedando remanentes en zonas desérticas entre Siria e Irak.
La estrategia de EEUU y sus
aliados en Siria, no ha sido luchar consecuentemente contra el Estado Islámico,
sino que ha respondido a una doble estrategia, por una parte, combatirlo donde
estaban sus aliados kurdos-sirios, y por otra, favorecer su presencia en las
zonas que estaba el Ejército Árabe sirio. Contrariamente a lo anunciado por el
presidente de EEUU Donald Trump, y de su predecesor Barack Obama, la prioridad
de EEUU no ha sido en ningún momento derrotar al Estado Islámico en Siria sino
derrocar al legítimo gobierno sirio. Es por esta razón por la que EEUU nunca ha
aceptado la oferta de Rusia, aliado del gobierno sirio, de combatir
conjuntamente al Estado Islámico. La erradicación de esta siniestra
organización de Siria y de otras facciones insurgentes armadas ha sido debido
principalmente por la lucha del Ejército Árabe Sirio y sus aliados, y son
quienes, por ello, han sufrido el mayor número de bajas militares.
La única organización relevante
opositora al gobierno sirio con un amplio dominio territorial al Este del río
Éufrates, es la coalición de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) formada
principalmente por kurdos-sirios. Tras la expulsión del Estado Islámico de
estos territorios EEUU ha pretendido instrumentalizar a esta organización en
base a un declarado apoyo a sus aspiraciones de formar un Estado kurdo-sirio en
esa región, que le permitiría mantener su presencia en Siria, pero esta
pretensión ha venido chocando con los intereses turcos de impedir por todos los
medios la formación de tal Estado.
Los constantes llamamientos del
gobierno turco a EEUU para que cejase en su apoyo a las FDS, habían venido
siendo estériles, y Turquía optó desde hace unos meses por concentrar tropas en
la frontera turco-siria al este del río Éufrates. La confirmación por parte del
presidente turco Erdogan al gobierno estadounidense del inicio de esta
operación situó a EEUU en la difícil tesitura de continuar o no con su apoyo a
las FDS, la persistencia en su apoyo hubiera llevado a EEUU a una confrontación
armada casi directa con el Ejército Turco, aliado de EEUU en la OTAN, y EEUU ha
optado por evitar ese escenario, anunciando el repliegue de sus fuerzas en
Siria a suelo iraquí en la frontera entre Siria e Irak.
El gobierno Sirio ha venido
manifestando reiteradamente su determinación de liberar todo el territorio
sirio de facciones armadas y de la presencia militar ilegal extranjera en su
territorio por no tener su autorización ni existir mandato del CSNU, como es la
presencia militar estadounidenses en el
noreste de Siria, ocupando una parte del territorio sirio sin ninguna base
legal internacional. Coherentemente con sus posiciones políticas el gobierno
sirio también ha manifestado su oposición a una posible incursión del ejército
turco en su territorio.
Sin embargo, y paradójicamente,
la confrontación de intereses de Turquía y EEUU en suelo sirio puede dar un
giro político a la situación en Siria favorable a la reunificación de la
nación. Tras el anuncio de EEUU de su retirada de suelo sirio, las FDS han
podido comprobar que EEUU es un socio poco fiable. Las promesas de EEUU de
ayudarles a construir un Estado Independiente, se han desmoronado ante el
primer contratiempo político. En las FDS, existe la postura favorable a un
Estado Independiente kurdo, pero esta organización está compuesta no solo por
kurdos sino que en ella participan árabes, asirios y kurdos partidarios de
llegar a un acuerdo político que preserve la unidad de todo el territorio
sirio.
Con la decisión de EEUU de
abandonar a las FDS a su suerte en la confrontación con Turquía, el gobierno
sirio ha pasado a ser para las FDS su principal aliado frente a Turquía. Ahora,
tanto a las FDS como al gobierno sirio les interesa llegar a un acuerdo político
que garantice la paz en Siria y su unidad territorial.
Después de años, el balance estadounidense
en su paso por Siria solamente se puede contar como un legado de destrucción,
que le corresponderá al pueblo sirio, como al de tantas otras naciones en el Oriente Medio: Afganistán, Irak, Libia.., superarlo.
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02/12/2018
NOTICIA. El 01/12/2018, la cumbre del
G20, dio por concluidas sus sesiones
Comentario
G20. Una cumbre con dos visiones
globales
El 01/12/2018, quedó clausurada la
cumbre del G20, en Buenos Aires (Argentina). A diferencia de la cumbre del 2017
de Hamburgo, los jefes de Estado y de Gobierno del G20, acordaron una
declaración final conjunta. Tras la incógnita con la que se había iniciado la
cumbre debido a las medidas unilaterales proteccionistas emprendidas por la
administración estadounidense, el hecho de que en la misma se haya alcanzado el
consenso necesario para la suscripción de una declaración final, se puede
considerar un éxito. En la declaración, el G20 se compromete a impulsar la
reforma de la Organización Mundial del Comercio, para permitir que se pueda
mantener mejor la normativa. Se acuerda reforzar el G20 en la solución de
problemas globales y se reafirma en su compromiso con el Acuerdo de París sobre
el cambio climático, en este punto la nota discordante la puso EEUU al negarse
a apoyar esa parte del comunicado.
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El G-20, constituido en 1999 por
las economías más desarrolladas agrupadas en el G7 y las naciones más
importantes en desarrollo, cobraría importancia a partir de la crisis financiera del 2008, celebrando
su primera reunión en formato de Presidentes y Jefes de Estado en noviembre del
2008, en sustitución de facto del G7, desbordado por la crisis financiera y que
había venido marcando hasta entonces la agenda en los asuntos económicos
mundiales. En la actualidad el G20, a pesar de los escasos resultados prácticos
en los objetivos marcados en las sucesivas cumbres para la regulación económica
y financiera global, sigue siendo el único foro mundial que anualmente concita
el encuentro de los mandatarios de las naciones más importantes del planeta, y
su continuidad en formato de Presidentes y Jefes de Estado se ha convertido en una
necesidad imperiosa en un mundo que precisa de soluciones a los problemas
globales como son: avanzar en el desarrollo económico, preservar la paz mundial
y combatir el cambio climático.
Sin embargo, desde EEUU, la
nación que en el año 2008 fue la más interesada en agrupar a los jefes de
Estado del G20 en Washington, para implementar una solución de consenso a la
grave crisis financiera mundial con origen en su sistema financiero, una vez
superada la situación de debilidad que le indujo a liderar la iniciativa, su
papel en la sucesivas cumbres ha sido la de torpedear las diferentes
iniciativas propuestas por otras naciones para establecer una mayor regulación
financiera internacional y promover políticas de consenso en el ámbito
comercial y medioambiental.
Esta actitud de EEUU es fruto de
su ideología de dominación global, que le lleva a mostrarse en posición
negociadora en situación de debilidad y con actitud dominante cuando se siente
fuerte, pero en la actualidad, a pesar del interés estadounidense de desvirtuar
las cumbres del G20, la voluntad decidida de la mayoría de las naciones que lo
componen de mantener un lugar de encuentro donde tratar los problemas globales
asegura su continuidad. Desde la Segunda Guerra Mundial han existido dos
momentos decisivos que han hecho necesaria la unión de las naciones, la primera
y más importante fue la fundación de la ONU, y la segunda la creación en
formato de Presidentes y Jefes de Estado del G20.
A la reciente cumbre del G20, la
administración estadounidense presidida por Donald Trump, ha acudido con una
acentuada visión unilateralista de la política internacional, caracterizada por
el abandono de importantes acuerdos multilaterales y orientada a la sustitución
de los mismos por el establecimiento de acuerdos bilaterales con cada nación de
manera independiente, lo cual le permite aprovechar el ser la nación más fuerte
en la negociación bilateral para imponer sus condiciones a la contraparte,
cuestión que considera que en los acuerdos multilaterales no es posible hacerlo
por la unión entre sí de otras naciones.
Esta política de intentar
imponer sus condiciones al resto de naciones, en el caso de China, le está llevando
a la aplicación de aranceles a la importación de sus productos, con la
finalidad de equilibrar la deficitaria balanza comercial estadounidense e
impulsar su mercado interno con el consumo de los productos de fabricación
nacional. Sin embargo, los aranceles a los productos chinos actúan como un
impuesto sobre los consumidores estadounidenses que se ven obligados a comprar
los mismos o similares productos a un mayor coste, siendo el Estado el
principal beneficiario del impuesto arancelario.
Hasta ahora los supuestos
beneficios de esta política proteccionista para la sociedad estadounidense no
son perceptibles, lo que lleva a pensar que la razón principal que impulsa a la
administración Trump al proteccionismo no es la recuperación de la producción
de las empresas nacionales en territorio estadounidense sino, ante la
imposibilidad de superar a sus competidores comerciales en un mercado abierto,
la aplicación de políticas económicas destructivas para evitar que otras
naciones, principalmente China puedan relegar a EEUU como principal economía
mundial, y cuyo efecto más notorio está siendo un debilitamiento del comercio y
por lo tanto del crecimiento económico mundial.
El principio de la actual
administración estadounidense de que su fortaleza económica se fundamenta en la
debilidad de sus competidores y de que su economía nacional puede ir bien
aunque la mundial vaya mal, en el mundo actual no es viable. El tiempo, en el
que EEUU era el mayor soporte del crecimiento económico mundial quedó atrás, y
pretender reeditarlo conteniendo el crecimiento de las naciones más dinámicas
que como China más contribuyen al crecimiento económico mundial, es una visión
obsoleta y económicamente destructiva, sin que por otra parte, estas medidas
vayan a doblegar a china, sino que por el contrario reforzarán su espíritu de
superación frente a la adversidad.
China está transitando de un
viejo modelo económico de producción manufacturera de bajos salarios, a una
economía de vanguardia en la innovación de productos tecnológicos de consumo y
una acelerada mejora en la productividad
técnica que le permite aumentar el poder adquisitivo de sus trabajadores a
la vez que mantiene su competitividad en el mercado global.
A pesar de que China tiene una productividad técnica inferior a la de
los países más desarrollados, el margen de mejora, por partir de unas ratios
inferiores, es comparativamente superior a la de los países más
industrializados, y la velocidad con la que se implementan estas mejoras,
debido a su avanzada posición tecnológica, la puede realizar también en
periodos más cortos que los países desarrollados.
En el devenir de la economía mundial lo que está en cuestión
es la competencia en la productividad,
principalmente de los productos tecnológicos manufacturados e infraestructuras.
En los inicios de la revolución industrial lo que situó a Gran Bretaña como
líder económico global fue su competencia en innovación y productividad, un testigo que tras la Segunda Guerra Mundial lo
tomaría EEUU, al que en menor medida se sumarían con posterioridad Japón y
Alemania.
La innovación tecnológica y la
mejora continua de la productividad
es una cualidad de la economía competencial
que permite obtener más y mejores productos por el mismo o a menor coste.
Sin embargo, esta cualidad obliga al empresario en cada mejora de la productividad a tener que vender más
productos para mantener el beneficio constante, por ello el mantenimiento de la
rentabilidad de las empresas depende constantemente del crecimiento económico,
y cuando éste no se produce las empresas más débiles quiebran y las mas competitivas
absorben su mercado; la economía sigue funcionando pero no por expansión sino
por concentración empresarial. En ese escenario, el sector que más pierde es el
financiero pues carece de expectativas de préstamo a futuros negocios
empresariales. El crecimiento económico es pues para la economía competencial
el oxigeno sin el cual las empresas no pueden obtener beneficios de manera
continua y el sector financiero margen del que detraer los intereses de sus
prestamos.
Hacer frente a la competencia en
la productividad con medidas
proteccionistas en un mundo cada vez más interconectado es ponerle puertas al
campo. Si por ejemplo, EEUU impone a los productos chinos una carga arancelaria
de un 15%, esta barrera debido a la
mejora diferencial de la productividad respecto
de EEUU, en un periodo de tiempo, la superaran los productos producidos en
China, con lo que el arancel para tener el efecto esperado tendría que ser
aumentado, lo que puede llevar a EEUU a entrar en una espiral proteccionista
imposible de soportar, por lo que lo más conveniente sería la participación con
su capital y tecnología en los procesos de producción más competitivos
globales, tanto en China como en otros países.
El repliegue al proteccionismo
es una visión tacticista de escaso recorrido, y los primeros en notarlo pueden
ser la propios consumidores estadounidenses. Cuando un país parte de una
economía proteccionista hacia otra de apertura, la percepción de los
consumidores es de mejora, tal es la situación que se ésta produciendo en China
con la progresiva política de reforma y
apertura del gobierno chino, pero cuando un país parte de una situación de
apertura a enrocarse en el proteccionismo, la percepción del consumidor es de
empeoramiento de su poder adquisitivo.
El futuro de la economía mundial es el de avanzar hacia
una integración económica mundial con
el objetivo de impulsar la prosperidad de todas las naciones, en el que los
beneficiarios de la misma sea el conjunto de la población mundial. La crisis
económica mundial iniciada en el 2008 está marcando el final de una época que
está cuestionando los fundamentos de la economía como una ciencia y una praxis
orientada al beneficio de minoritarios grupos de poder y de unas pocas naciones
en el mundo. La vieja cultura de la confrontación impuesta por las naciones más
poderosas para obtener beneficios unilaterales ya no se adecua a las demandas
de Paz y prosperidad de la mayoría de la humanidad que vive en los países en
desarrollo. Se precisa caminar hacia un nuevo orden económico, político y
medioambiental mundial basado en la colaboración entre naciones en el que los
fundamentos económicos sitúen a la sociedad y el medioambiente en el centro de
su quehacer.
El ciclo neoliberal y
neocolonial iniciado tras la crisis económica de 1973, y que tan buenos réditos
trajo a EEUU, murió en la crisis financiera del 2008, aunque su sombra se
extenderá todavía por varios años.