01/12/2019
NOTICIA. El gobierno de EEUU no estará
presente en la cumbre sobre el clima en Madrid (2 al 13 diciembre).
NOTICIA. El 28/11/2019 el viceministro
ruso Serguéi Riabkov, manifestó en Pekín que EEUU no parece estar interesado en
una prórroga del tratado de reducción de armas nucleares, Start III, vigente
hasta el 05/02/2021.
Comentario
Estados Unidos en el origen de la desconfianza
en las relaciones internacionales
La desconfianza
entre imperios reinos y naciones bajo la justificación de ser portadores de postulados
civilizatorios excepcionales y excluyentes, es un legado que ha formado parte
de la historia de la humanidad. En la Antigüedad lo fue con la extensión de la
Cultura frente a la "barbarie" (imperio romano); en la Edad Media y Moderna
con la imposición de la religión verdadera a "impíos y paganos"
(imperio español), y en el transcurso de la Era Contemporánea: con la expansión
de la civilización occidental a los "pueblos atrasados" en el siglo
XIX (imperio británico); la imposición de la raza superior a las "razas
inferiores" en la primera mitad del siglo XX (imperio nazi alemán); la
confrontación geopolítica del socialismo
y la democracia liberal en la segunda
mitad del siglo XX (imperios soviético y estadounidense), y a partir del finales
del siglo XX con la exportación de la democracia
liberal por el único imperio en pie: Estados Unidos.
Todas las
ideologías en sus diferentes etapas y contextos históricos tienen en común que
se han justificado para ejercer desde un centro
rector imperial la dominación sobre el resto. La ideología de la dominación subyace a todas ellas y su expansión ha
servido sobre todo para el expolio colonial y el lucro de las metrópolis
imperiales.
La lógica de la dominación conlleva a su vez a la lógica
de la resistencia de quienes no
quieren ser subyugados, ambas se retroalimentan y tienen su expresión máxima en
la preparación para la guerra. La civilización humana desde sus orígenes no ha
sido capaz de superar esta lógica de la confrontación, y la guerra ha formado
parte consustancial de su periplo histórico. Hasta el siglo XX la capacidad
destructiva de las armas de guerra nunca habían llegado hasta el extremo de
poder poner fin a la existencia del género humano, será a partir de mediados
del siglo XX con la aparición de las armas atómicas y el desarrollo tecnológico
para su lanzamiento a miles de kilómetros de distancia cuando la guerra llevada
hasta sus últimas consecuencias no puede garantizar un vencedor sino una destrucción mutua asegurada.
La vocación imperial de una nación se
manifiesta por su interés por subordinar al resto, y en la educación que hace a
su ciudadanía de la excepcionalidad y
supremacía moral para exportar su dominación. Tras el final de la URSS, de
los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China,
Francia y Gran Bretaña), quienes a su vez son las únicas naciones autorizadas
por el Tratado de No proliferación Nuclear a tener bombas atómicas, la única
potencia que ha mantenido su vocación
imperial es EEUU.
Francia y Gran Bretaña
quedaron relegadas como imperios coloniales al final de la Segunda Guerra Mundial
por EEUU. Rusia, heredera legal de la URSS en sus responsabilidades
internacionales, perdió su vocación
imperial al final del siglo XX al poner fin a la ideología expansionista soviética, la República
Popular China no tiene aspiraciones imperiales ni ha protagonizado en toda su
historia ninguna guerra de agresión, sus confrontaciones militares en los años
sesenta y setenta con su vecinos, India, la URSS y Vietnam por cuestiones
fronterizas, fueron de escaso alcance en tiempo y forma, y los contenciosos que
llevaron a la confrontación ya han sido resueltos por medio de tratados. Después
de la Guerra Fría solamente EEUU ha seguido con sus guerras de agresión sin
contar con la autoridad del CSNU y
apoyado por la OTAN, como han sido la guerra en la antigua Yugoslavia, la
invasión de Irak y la guerra en Libia.
EEUU, con su
ambición de dominar el mundo, su predisposición a la guerra y los ingentes recursos destinados a su maquinaria
militar es el origen principal de la desconfianza en las relaciones
internacionales.
La desconfianza de quienes no aceptan la tutela estadounidense cobra especial relevancia, por su magnitud, en las dos potencias mundiales más importantes después de EEUU: Rusia y China, y ello supone que los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad como el desarme, la paz, la gestión de los problemas económicos y los desafíos medioambientales se encuentren estancados en el pantano de la desconfianza.
La desconfianza de quienes no aceptan la tutela estadounidense cobra especial relevancia, por su magnitud, en las dos potencias mundiales más importantes después de EEUU: Rusia y China, y ello supone que los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad como el desarme, la paz, la gestión de los problemas económicos y los desafíos medioambientales se encuentren estancados en el pantano de la desconfianza.
En el siglo XXI
la humanidad ha alcanzado avances científicos que le podrían permitir construir
una civilización global basada en la paz, la prosperidad y la armonía con la
naturaleza, pero a su vez, ha desatado dos fuerzas capaces de hacerla
desaparecer: las armas nucleares y el cambio climático.
En la estrategia
militar la posesión de las armas atómicas están circunscritas al ámbito de la
disuasión, pero su propia existencia es una amenaza para la humanidad que
solamente podrá ser erradicada cuando las mismas desaparezcan, pero mientras la
relaciones internacionales estén dominadas por la desconfianza, el desarme
nuclear será imposible.
El cambio
climático es una amenaza de futuro a la habitabilidad de la especie humana en
el planeta, pero al igual que sucede con las armas atómicas, la desconfianza
impide avanzar en consensos internacionales efectivos para la implementación a
escala planetaria de sumideros de CO2, que pudieran permitir reducir
la concentración de este gas en el aire atmosférico principal causante del
efecto invernadero.
Fuente datos EIA / EEUU. Elaboración propia
EEUU, como mayor
poseedor de armamento militar en el mundo, y mayor responsable histórico en la
concentración de CO2 en el aire atmosférico debiera ser quien tomara
la iniciativa tanto en la reducción armamentista como en la provisión de fondos
para la implementación de sumideros de CO2, pero la lógica de la
dominación inserta en su clase militar y financiera, y la educación de su
sociedad en la excepcionalidad de
estar destinada a regir el mundo impiden a esta nación dar pasos efectivos en
esa dirección, lejos de ello, la actual administración estadounidense rechaza
los acuerdos de París del 2015 para la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero y se retira unilateralmente de los tratados que limitaban el
uso de misiles portadores de armas nucleares de mediano y corto alcance (INF).
Inevitablemente
el avance hacia una civilización global basada en la paz, la solidaridad y la
armonía medioambiental está vinculado a la superación
previa de la desconfianza en las relaciones internacionales, pero paradójicamente
quienes se auto-arrogan el derecho a injerir
en las naciones que no aceptan su tutela bajo el subterfugio de la
supremacía moral occidental, son quienes están cortando el paso.
Deberán ser,
pues, los pueblos y naciones comprometidos con poner fin al legado milenario de
la dominación y el avance hacía una
gestión compartida de los desafíos globales que tiene planteados la humanidad quienes
abran la puerta de la esperanza.