29/05/2018
NOTICIA. Continúan los preparativos
para la cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos prevista para el 12 de
junio en Singapur.
Comentario
Península
de Corea. Desnuclearización y reunificación
A pesar de la incertidumbre de
los últimos días sobre la cancelación de la cumbre entre Corea del
Norte y EEUU prevista para el 12 de junio en Singapur, los preparativos para su
celebración continúan ininterrumpidamente.
El 27/05/2018, el presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, confirmaría que un equipo oficial de Estados
Unidos llegó a Corea del Norte para conversar
sobre los preparativos de la cumbre entre él y el máximo líder de la RPDC, Kim
Jong Un.
El 27/05/2018, el diario oficial
Rodong Sinmun de Corea del Norte publicaría un artículo afirmando que el
desmantelamiento de su central de ensayos nucleares de Punggye Ri, ha sido una
muestra de su voluntad de trabajar por un mundo sin armas nucleares.
El 28/05/2018, la Casa Blanca
Informaría que el presidente, Donald
Trump, había acodado con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, reunirse
antes de la cumbre prevista entre Estados Unidos y Corea del Norte.
El 29/05/2018, la agencia de
noticias surcoreana Yonhap, informaría que el alto funcionario de la RPDC, Kim Yong Chol, ha partido rumbo a Estados Unidos para llevar a cabo conversaciones a
nivel de trabajo.
Todas estas alentadoras noticias
hacen prever que la esperada cumbre entre EEUU y Corea del Norte acabe
celebrándose, y la intensa agenda que está llevando su preparación anuncia
también que la misma sea la culminación de los acuerdos llegados de antemano
entre ambas naciones.
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Si bien, todavía no ha
trascendido ningún resultado de las conversaciones preparatorias, lo que parece
evidente que tras la cumbre, una nueva etapa se abrirá para la península de
Corea.
La desnuclearización de toda la
península de Corea, es decir, el desarme nuclear de Corea del Norte y la
exclusión en Corea del Sur de armas atómicas por parte de EEUU, se presenta
como el eje de la cumbre. En la parte estadounidense estaría únicamente el
interés de una desnuclearización unilateral de Corea del Norte, a cambio de la
promesa de levantar las sanciones económicas internacionales que ahora padece
esta nación, pero ese es un escenario ya descartado por Corea del Norte. Tanto
para Corea del Norte y con toda probabilidad para Corea del Sur la
desnuclearización forma parte de un proceso más amplio, orientado a la
reunificación de ambas coreas.
Este es un objetivo que ha
estado y está presente, generación tras generación en los líderes políticos de ambas Coreas. La Guerra Fría hizo imposible que se pudieran dar pasos en esa
dirección, pero finalizada la misma las condiciones para llevar a cabo un
proceso de reunificación se tornaron más favorables.
EEUU, con gran presencia militar
en Corea del Sur, ha estado en contra de un proceso de reunificación que podría
cuestionar la misma, y Corea
del Norte nunca iniciaría un proceso de reunificación que podría suponer una
capitulación ante EEUU. El ejemplo de la reunificación de
las dos Alemanias, Oriental y Occidental tras la Guerra Fría, que permitió una
Alemania reunificada bajo la tutela militar estadounidense, sería el
modelo que EEUU ha estado persiguiendo para la península de Corea desde el
final de la Guerra Fría.
Guiado por ese objetivo, en los
últimos años ha venido aumentando su presión militar y económica sobre Corea
del Norte, lo cual incrementó la tensión entre ambas coreas, una tensión por otra
parte buscada por EEUU, pues con ello EEUU ha justificado el aumento de su
potencial militar en Corea del Sur, y bajo ese pretexto en los meses pasados ha
desplegado un escudo antimisiles en Corea del Sur que ha desatado la protestas
de China y Rusia por entender que el mismo estaba dirigido contra estas dos
naciones.
Para Corea del Norte, su
programa de armamento nuclear con capacidad misilística de alcanzar EEUU se ha
constituido en el seguro disuasorio de que EEUU no atacará su territorio. La
efectividad del mismo puede ser cuestionada, pero otra cosa es ponerlo a prueba,
y EEUU no va a ser tan insensato como para correr ese riesgo. Hasta ahora, la
disuasión en el terreno militar la basaba Corea del Norte en su potencial
militar contra su vecino de Corea del Sur, pero ahora este factor ha quedado
relegado a un segundo plano ante el armamento nuclear.
Las guerras que EEUU ha estado
implicado desde el comienzo del siglo XX se han caracterizado porque han estado
a miles de kilómetros de su Territorio, y por la incapacidad de las naciones
confrontadas para alcanzar el mismo. Corea del Norte al dotarse de armamento
nuclear pretende cambiar esa ecuación, su capacidad disuasoria ya no se basa en
la amenaza a los aliados regionales de EEUU, sino en la amenaza directa a su
territorio.
La posesión de armas nucleares
por parte de Corea del Norte es inaceptable para la sociedad mundial porque
representa un atentado al Tratado
de no proliferación de armamento nuclear, y por el hecho de que en una de las
zonas del mundo con mayor riesgo de que se desate una guerra estén los
contendientes en posesión de armas nucleares, es un peligro para la región y
para toda la humanidad.
Sin embargo, es un hecho
objetivo que no puede ser ignorado. Las medidas de presión para que el gobierno
de Corea del Norte abandone su programa de armamento nuclear han sido
infructuosas. Hasta ahora, ninguna nación que alcanzado el poder militar
nuclear fuera del Tratado de no proliferación nuclear, como han sido la India,
Pakistán e Israel, han renunciado al mismo.
En este nuevo escenario, el
desarme nuclear de toda la península de Corea, tanto de Corea del Norte como
por la parte estadounidense de Corea del Sur donde alberga bombarderos con
capacidad nuclear, solamente puede venir de los avances en el diálogo y la
negociación de ambas coreas con el objetivo de la reunificación en una sola
nación, pues en una Corea reunificada carecería de sentido la posesión de armas
nucleares.
Las pretensiones de EEUU de que
este proceso político comenzara por la desnuclearización de la península
coreana son irrealizables, pues le traiciona su propia experiencia de
incumplimientos de promesas y tratados suscritos con sus adversarios cuando ha
considerado que ya no le servían a sus objetivos de someter a sus enemigos.
Desde el final de la Guerra Fría las vulneraciones más notorias han sido: el
incumplimiento de las promesas de EEUU a Rusia en los años noventa de no
incorporar a la OTAN a los antiguos países del Pacto de Varsovia; el
incumplimiento de respetar en Libia el régimen de Gadafi a cambio de su
renuncia a la posesión de armas nucleares, y recientemente su salida del
acuerdo con Irán.
La desnuclearización de la
península de Corea se presenta pues como el final de un proceso político de
entendimiento y reconciliación entre ambas Coreas en el que EEUU debe apartarse
a un lado para que ambas naciones sean protagonistas de su propio destino.
Es difícil imaginar como sería
la fundación de una sola nación en la península de Corea y como podrían convivir
en una sola nación dos sistemas políticos tan diferentes como el de Corea del
Norte y del Sur, pero todo es posible. Una nación dos sistemas, podría ser un
comienzo para una sola Corea y, posteriormente, el curso de la historia
trazaría el camino de como sería la nueva nación sin que ninguna potencia
mundial la tutele.
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15/05/2018
NOTICIA. El 15/05/2018, Estados Unidos, al igual que lo hiciera el 31/03/2018, bloqueó un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas (CSNU) que pedía una investigación sobre los enfrentamientos ocurridos
en Gaza en los días precedentes con el fin de establecer responsabilidades
internacionales por el uso desproporcionado de la fuerza de Israel en la que
han muerto decenas de palestinos.
ARTÍCULO SELECCIONADO:
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09/05/2018
NOTICIA. El
08/05/2018, el presidente de EEUU Donald Trump, anunció el abandono de Estados
Unidos del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA).
Comentario
La paciencia estratégica
El
16/01/2016, tras la publicación del informe del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), confirmando que Irán había cumplido con sus
obligaciones definidas en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA),
alcanzado entre este país y el Grupo 5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia,
EEUU y Alemania) en julio de 2015, la ONU dio por concluidas las sanciones que
pesaban sobre Irán.
También en
esas fechas, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, confirmó que
en cumplimiento del (JCPOA), EEUU había levantando las sanciones impuestas al
Banco Central y la compañía petrolera estatal de este país. A su vez, la alta
representante de Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, en
una rueda de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán,
Mohamad Yavad Zarif, en Viena, confirmaría que la UE también había levantado
todas las sanciones económicas y financieras impuestas a Irán. 28 Meses
después, el presidente de EEUU Donald Trump, anunció el abandono unilateral de Estados
Unidos de este acuerdo.
La
naturaleza de EEUU de no respetar ni cumplir los acuerdos internacionales no es
nueva. En los últimos años ha venido incumpliendo sistemáticamente la
resolución 2254 aprobada
por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) el 18/12/2015, que
insta a mantener la unidad territorial de Siria, y ahora le ha tocado el turno
al incumplimiento de la resolución 2231, aprobada también por unanimidad en el
CSNU el 20/07/2015, que puso fin a las sanciones anti-iraníes impuestas a
través de la resolución 1929 aprobada por el CSNU el 9 de junio de 2010.
EEUU,
entiende que su estatus de superpotencia mundial le permite actuar contra la
legalidad internacional que el mismo suscribe por la impunidad en la que quedan
sus incumplimientos.
En derecho y
justicia universal, las sanciones debieran recaer sobre quien incumple un
acuerdo, pero paradójicamente, EEUU por su capacidad de sancionar a otros
países, es incumplidor y sancionador, mientras que Irán que es, según la
(OIEA), quien cumple estrictamente con el JCPOA, es quien recibe las sanciones.
Con esta acción, EEUU vuelve a imponer la ley de la selva en las relaciones
internacionales, por encima de los valores del respeto a la ley y los valores
de justicia universal.
El
precedente que sienta a nivel internacional su retirada unilateral del JCPOA,
es que ningún acuerdo puede ser suscrito con EEUU si los mismos no establecen
sanciones para quien lo incumpla. Con esa medida el incumplidor tendría que
enfrentarse a la dura realidad de tener que afrontar sanciones en su contra por
la comunidad internacional, lo cual sería un factor disuasorio. Una enseñanza
que todas las naciones que negocian acuerdos con EEUU, debieran tener en cuenta
por la naturaleza poco fiable de esta nación.
La política
de la actual administración estadounidense de EEUU primero, se está desvelando
como una política que prioriza el unilateralismo en las relaciones políticas y
económicas internacionales. Con ello, las instituciones como la OMC, en el
ámbito comercial, y la ONU en el de política internacional, de facto pierden su
efectividad. Esta política de exclusividad, EEUU no solamente la aplica a sus
adversarios internacionales como puede ser China en el ámbito comercial, y
Rusia e Irán en el político, sino también a sus más próximos aliados del
G7, a quienes les viene imponiendo sistemáticamente una política de hechos
consumados, sin que sus opiniones cuenten en las decisiones que les afectan
directamente como son las políticas comerciales entre la UE y EEUU, y ahora el
abandono por parte de EEUU del JCPOA.
La falta de
respuestas contundentes en el ámbito internacional a esta política unilateral,
y las débiles protestas de los países de la UE, alientan a EEUU a seguir en esa
línea, lo que impulsa a los países fuera de la tutela estadounidense a un
estrechamiento en sus relaciones principalmente a China, Rusia e Irán, y a los
países aliados de EEUU les aboca a una mayor subordinación, o a una imposible
rebelión ante su mentor debido a la pusilanimidad de los dirigentes de los
principales países de la UE. La UE está demostrando tener un fuerte horror al
vacío de ser independiente en las relaciones internacionales. En su debilidad, el fantasma de que un alejamiento de EEUU pueda llevar a un mayor protagonismo
de Rusia y China en la política internacional, les mantiene unidos a ultranza a
EEUU.
Sin
embargo, todas la ostentaciones de poderío de EEUU, no son sino actos desesperados
por intentar reafirmar su autoridad internacional con golpes de efecto, sin que
los mismos tengan el efecto esperado de doblegar a sus adversarios. Las
sanciones a Rusia están reafirmándole como nación, las sanciones a Irán se
vuelven en un clamor de injusticia que reafirma el eje de resistencia frente a
la prepotencia israelita en la región. La incipiente guerra comercial iniciada
contra China, se presenta como un boomerang que puede golpear a la propia
economía estadounidense. Las piedras que está levantando EEUU contra sus
adversarios son demasiado grandes y pueden terminar cayéndole a los pies.
Otro mundo
sin la hegemonía y la ley de la selva internacional estadounidense es posible,
y la creciente fortaleza en el ámbito político y económico de las naciones que
abogan por unas relaciones internacionales justas basadas en el respeto entre
naciones y a las leyes internacionales, principalmente por parte de Rusia y
China, terminarán eclipsando el unilateralismo estadounidense. Hasta ahora el
avance de esta corriente es lenta pero también inexorable. Solo queda trabajar
pacientemente en esa dirección.
La paciencia y perseverancia estratégica es más importante que los fuegos de artificio de las provocaciones estadounidenses.
La paciencia y perseverancia estratégica es más importante que los fuegos de artificio de las provocaciones estadounidenses.
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01/05/2018
NOTICIA. El 05/05/2018, se cumple el
200 aniversario del natalicio de Karl Marx
Comentario
El legado
transformador del marxismo en el siglo XXI
El 200
aniversario del natalicio de Karl Marx es recordado por los partidos comunistas
del mundo, numerosos intelectuales y también por sus detractores.
En la
actualidad, Marx, sigue sin dejar indiferente a unos y otros, a pesar de que su
figura y pensamiento como referente y guía de los movimientos políticos de la
izquierda política ha ido perdiendo importancia con relación a la que tuvo en
la primera mitad del siglo XX.
F.
Engels, en un discurso
pronunciado en el cementerio de Highgate en Londres el 17 de marzo de 1883 ante
la tumba de la Karl Marx, resaltaría sus dos principales aportaciones al campo
de las ciencias sociales: (1) Marx descubrió la ley del desarrollo de
la historia humana, (2) y la ley específica que mueve el actual
modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él.
Pero ante
todo, afirmaría Engels, Marx era un revolucionario que aspiraba a acabar con la
explotación de los oprimidos, y por eso, Marx era el hombre más odiado y más
calumniado de su tiempo. Finalizando su discurso sobre Marx con la siguiente
frase: Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios,
apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos,
y con él su obra.
(1). Sobre el desarrollo de la
historia humana, Marx, a través de numerosos análisis de las diferentes
sociedades conocidas hasta entonces, definiría que el movimiento histórico
tiene como base las condiciones materiales de existencia del ser humano y
los modos de producción existentes, de donde emergen el resto de
actividades como el arte, la ciencia y la política; siendo las principales fuerzas motrices
de las transformaciones sociales, las clases marginadas del poder
político que aspiran a mejorar su estatus social, y los avances
científico-técnicos que transforman los modos de producción.
(2). Con relación a la investigación
de Marx sobre el Capitalismo como modo de producción dominante y
emergente desde finales del siglo XVIII, Marx revelaría que el trabajo
socialmente útil es la fuente del valor económico, del que el capitalista
obtiene una plusvalía que le permite aumentar su capital.
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Desde la
proclamación del Manifiesto Comunista, del que este año se han cumplido
los 170 años de su primera edición, las transformaciones históricas han
diferido de como la pensó el movimiento comunista europeo en sus inicios, que
creía en una revolución proletaria en las naciones más industrializadas de
Occidente desde donde se extendería la misma a todos los pueblos del mundo, colonizados
en su mayoría en el siglo XIX por los gobiernos de estas naciones.
Tras el
triunfo del ejército rojo bolchevique en la guerra civil rusa (1918-1923), la
cuestión que se planteaba a los revolucionarios rusos era la consolidación de Rusia
como Estado Revolucionario (basada en la teoría de Lenin del socialismo en
un solo país), o en la extensión de la revolución a todo el continente
europeo, principalmente a Alemania, (Basada en la teoría de Trosky de la revolución
mundial). En la teoría, el éxito de una hipotética revolución en Alemania
después de la Primera Guerra Mundial unida a la revolución rusa hubiera
supuesto un cambio revolucionario en el Centro del Sistema Económico Mundial, desde el que expandir la revolución mundial, pero la historia se escribió de otro modo.
Las transformaciones
políticas más importantes desde el siglo XIX hasta la actualidad, no han venido
del Centro del Sistema Económico Mundial conformado por las naciones
occidentales, sino de la periferia del mismo. La descolonización ha sido
la mayor transformación política que ha experimentado la humanidad en la Era
Contemporánea, la cual ha dado lugar al actual mosaico global de casi 200
naciones, frente a unas pocas que existían como tales al principio del siglo XIX. El
sujeto transformador principal de este cambio han sido los movimientos
descolonizadores levantados en armas contra sus opresores coloniales, los
cuales han estado compuestos por obreros, campesinos y las clases burguesas
patrióticas.
Este cambio en la práctica del sujeto revolucionario transformador, de ser el proletariado de los
países industrializados, a ubicarse en la periferia del sistema económico
mundial con una baja tasa de industrialización formado por la alianza de
obreros y campesinos, sería reformulada desde el marxismo por Mao Zedong.
Tras la
victoria de la revolución en China en 1949, con un porcentaje de población
rural en torno al 90%, y el auge de los procesos de descolonización, Mao Zedong
elaboraría la Teoría de los Tres Mundos, el Primero formado por la
naciones liberales industrializadas, el Segundo por los países de la URSS,
y el Tercero por los países liberados o en lucha contra el yugo colonial
donde se ubicaba el 80% de la humanidad, siendo este último el que
objetivamente precisaba un proceso transformador y por lo tanto debía liderarlo.
Tras la desaparición de la URSS a finales del siglo XX, la Teoría de los Tres Mundos
dejó de tener vigencia, sin embargo, la contradicción principal a escala global
sigue situándose entre el atraso y el desarrollo.
La
ventaja de las naciones desarrolladas en ciencia y tecnología, que Marx
definiría como una de las principales fuerzas de los cambios históricos,
permitiría a los antiguos imperios coloniales liderar los procesos de
producción mundiales convirtiendo a las naciones en desarrollo en dependientes
de los mismos. Esta ventaja económica en el último medio siglo ha dado lugar a
un modelo neocolonial en los intercambios comerciales que ha
permitido concentrar el 70% de la riqueza global en un 30% de la población
mundial de los países desarrollados.
Este
modelo económico ha contribuido ha cambiar las condiciones materiales de vida
de las clases trabajadoras en los países desarrollados al beneficiarse de
productos elaborados con mano de obra barata en los países en desarrollo y, con
ello, en la propia concepción de Marx, las ideas dominantes que emanan de esas
nuevas condiciones materiales de vida también han cambiado.
La mejora
del estatus económico de las sociedades occidentales ha permitido que la
ideología del excepcionalismo occidental para regir los destinos de la
humanidad, tras la que se esconde la ideología neocolonial, halla arraigado
profundamente en las sociedades de los países desarrollados tanto en las
corrientes políticas de derechas como de la izquierda, el supuesto derecho a la
injerencia en los asuntos de los países en desarrollo, se antepone a los
valores de respeto entre naciones y el reconocimiento de que las
transformaciones internas de cada nación deben ser fruto de su propia experiencia
sin intromisiones foráneas, lo cual es una condición básica para asegurar la
paz entre naciones.
Con el
colonialismo, la supremacía occidental se presentaba a su ciudadanía como el
derecho de Occidente para llevar la civilización a los pueblos "salvajes y
atrasados"; en la actualidad, tras los procesos de descolonización, las
ideas con las que las élites dominantes justifican las intromisiones en otras
naciones se basan en una supuesta legitimidad de Occidente para llevar la
"democracia y los derechos humanos" a los países en desarrollo, que
en la práctica no es sino la justificación para la exportación de la guerra o
la desestabilización política, social y económica a las naciones que no se someten
a su tutela.
Bajo el
modelo neocolonial, las mayorías sociales en los países desarrollados se han
convertido en reaccionarias a los cambios en los países en desarrollo que
puedan cuestionar su estatus económico y, por lo tanto, no constituyen la
fuerza motriz de los cambios revolucionarios en favor de un mundo de desarrollo
global compartido, sino que participan en mayor o menor medida del modelo
neocolonial que las élites dominantes perpetúan.
En el
último medio siglo, la que fue importante tradición marxista en Occidente ha
quedado recluida a pequeños partidos comunistas o a grupos de intelectuales. En
el espacio de la antigua URSS, los partidos de inspiración marxista que
gobernaron durante setenta años han desaparecido de la escena política, siendo
sustituidos por partidos con una fuerte componente tradicional y patriótica. En
este periodo, el marxismo ha tenido un mayor impacto como doctrina teórica en
los países en desarrollo, de Asia, África y Latinoamérica en el que se
inspiraron diversos movimientos de liberación y revolucionarios, pero tras la
desaparición de la URSS, el marxismo ha ido perdiendo vigor.
Sin
embargo, a pesar de que el marxismo haya perdido fuerza como guía para la
acción política transformadora, sigue constituyendo desde el punto de vista
científico-social una de las mejores herramientas para la compresión de los
cambios históricos, y del mismo se deduce que los miles de millones de personas
que conforman las clases trabajadoras en los países en desarrollo por ocupar el
último eslabón en la escala productiva mundial conforman el principal sujeto
transformador.
No
obstante, el sujeto revolucionario se conforma no solamente por su situación de
explotación, sino cuando se dota de una teoría política transformadora, que en
la interpretación marxista hegeliana sería cuando las clases oprimidas dejan de
ser clases en sí para convertirse en clases para sí. Esta teoría
política puede estar inspirada en el marxismo o en otras corrientes de
pensamiento, pero todas son útiles cuando sirven al objetivo emancipador.
El mundo
solo puede caminar en dos direcciones: o en la perpetuación del Estatus Quo neocolonial
regido por unas pocas naciones desarrolladas bajo el liderazgo de EEUU, o por
el contrario, en la superación de ese modelo que permita a los países en
desarrollo avanzar en ciencia, tecnología, infraestructuras, salud,
alimentación y educación. El primer camino es el ya conocido del último medio
siglo, el segundo está por transitar.
El partido
comunista de China, ha reformulado el marxismo en la nueva etapa que se adentra
la humanidad. La sociedad fraternal mundial que desde sus orígenes persigue el
comunismo no es otra que la que resulte del esfuerzo de todas las naciones y pueblos basado en un destino compartido por
lograr el bienestar de todo el género humano en armonía con el medio ambiente. No
importa el modelo de democracia que rige en un país o en otro, tampoco importan
las ideologías en las que se sustentan los partidos políticos que las
gobiernan, lo importante es que se avance desde el respeto entre naciones hacia
ese objetivo común que ambiciona la mayoría de la humanidad.
Tras
siglos de oscurantismo, el marxismo abrió a la humanidad las puertas de que las
sociedades son transformables y perfectibles y ese rayo de esperanza ya no se
podrá oscurecer.