Septiembre 2012



27/09/2012

NOTICIA. Un comando de rebeldes sirios liderados por  el coronel Khaled Abdel Rahman al-Zamel decidió el día 26 abandonar su lucha contra el Gobierno y reincorporarse al ejército gubernamental

Comentario

Siria: guerra civil o guerra internacional

El coronel ingeniero Khaled Abdel Rahman al-Zamel, antiguo miembro del Ejército Árabe Sirio, acompañado por una decena de ex-combatientes en una reunión de fuerzas opositoras manifestó su decisión de abandonar el denominado Ejército Libre Sirio "Hemos decidido volver al Ejército Árabe Sirio y cooperar con el ministerio para la Reconciliación Nacional”.  "Todos nosotros somos sirios y rechazamos una crisis que comenzó con el derramamiento de sangre”. El oficial dijo que desempeñó el cargo de jefe adjunto del Consejo Militar en la Región Sur en el llamado Ejército Libre Sirio, en el cual era conocido como coronel Abu al-Walid. Su unidad estaba formada, en su mayoría por ex-efectivos del ejército nacional que se sublevaron contra el gobierno de Al Asad. Manifestó que él y sus colegas comenzaron a pensar en la situación a la que llegó el país, y que aliviar el sufrimiento de la nación requiere trabajo y esfuerzo de todas las personas conscientes y amantes a la patria. Aseguró que abandonaron las filas de los grupos irregulares con la cooperación del Ministerio de Reconciliación Nacional, con el fin de regularizar su situación y ponerse de nuevo bajo disposición de los mandos del Ejército Árabe Sirio, en la convicción de que la solución en Siria no puede alcanzarse con el uso de las armas, ni con la violencia o con el sabotaje, tampoco bombardeando y matando a civiles inocentes, sino regresando al seno de la patria.

En Siria, a diferencia de las revoluciones habidas en Egipto y en Túnez que se fundamentaron en la movilización de la mayoría de la población, los alzados en armas,  no han conseguido movilizar a la población, pero tampoco el régimen de Al Asad cuenta con amplio apoyo popular. Debido a esta falta de implicación popular, la guerra de Siria no puede considerarse como una guerra civil en la que la mayoría de la población toma una actitud activa por uno de los bandos (que no es hasta ahora el caso), sino que su naturaleza es la de un enfrentamiento armado entre facciones en la que la población civil está atrapada en medio de esa guerra. Esta característica de la guerra es importante a la hora de un desenlace de la misma, pues, en el caso de la victoria de una facción sobre la otra, la única salida posible es la imposición de un régimen totalitario de la facción vencedora a la mayoría de la población, por ello, la única salida democrática al conflicto armado es la negociación y la reconciliación, aunque hasta ahora los llamamientos para iniciar la reconciliación en Siria han sido infructuosos y lo serán mientras la mayoría de la población y sus organizaciones laicas y religiosas no tomen una actitud más activa en su demanda.
Pero por el momento, la realidad es que la población, aunque está cansada de la guerra, no puede eludir el enfrentamiento entre facciones, por un lado, un gobierno con un ejército bien armado y entrenado, y por otra parte, una oposición dividida en numerosos grupos, fuertemente armada, y sólidos apoyos internacionales, particularmente de las monarquías del Oriente Medio y de los países de la OTAN, en la que Turquía actúa como punta de lanza.
La oposición armada en las zonas que consigue controlar no consigue el apoyo de la población, y el Estado, como cualquier Estado, se opone a capitular ante una insurgencia armada. La victoria militar de los alzados en armas es imposible, por ello, demandan una intervención de la OTAN, que no se efectúa por la oposición internacional a la misma y porque podría desencadenar una crisis en todo el Oriente Medio de imprevisibles consecuencias.
La prolongación del conflicto no le viene mal a la OTAN y las monarquías árabes que apoyan a las bandas armadas, pues su prolongación sume a Siria en el caos económico y social y con ello debilita a un importante aliado de Irán en la región. Aunque en los dos últimos meses las características de la guerra están cambiando, las bandas armadas están sufriendo fuertes reveses por parte del Ejército Árabe Sirio, las mismas consiguen rehacerse por el flujo de yihadistas y mercenarios foráneos y armas suministradas por sus patrocinadores extranjeros, pero esta renovación de combatientes está conformando una insurgencia armada progresivamente más foránea y dependiente de sus patrocinadores internacionales y alejada de la población y, con ello, combatientes sirios patrióticos se están cuestionando su participación en la lucha armada.
Estos cambios, están convirtiendo la guerra en Siria en una guerra internacional y, a nadie se le escapa, que una guerra prolongada de estas características solo trae sufrimiento a la población, aunque eso parece preocupar muy poco a los países implicados en la misma, particularmente: Qatar, Arabia Saudita, Turquía, Francia, Gran Bretaña y EEUU, pues, estos países están interesados en la prolongación del conflicto como forma de llevar la devastación a la economía de Siria para debilitarla como nación. EEUU ya ha practicado esa política en Irak; tras su ocupación, ante la imposibilidad de una victoria rápida, optó por devastar durante años el país, dejándolo en una situación precaria para que no representase ningún peligro a su hegemonía y la de Israel en la región.
En esta situación no es extraño, que aquellos que sinceramente se levantaron en armas contra el régimen de Al Asad, llevados de su sentido patriótico, se hayan dado cuenta que la prolongación de la guerra solo sirve a los intereses extranjeros y que el camino de la paz y la reconciliación es la política adecuada para acabar con el sufrimiento de la población y hacer que Siria mantenga la dignidad de su soberanía.
Evidentemente para estos opositores, el alto el fuego y la reconciliación es una paso intermedio en su lucha contra el régimen de Al Asad, pero un paso necesario. El propio Al Asad ha llegado a manifestar que está dispuesto a marcharse si se dan la circunstancias de una solución política, pero que nunca lo hará por imposición de unas bandas armadas y de potencias extranjeras.
No obstante, considerando, que Israel, los países de la OTAN y las monarquías de la región como la Qatarí y la Saudí no van a soltar su presa, la única solución para poner fin al conflicto sirio va a estar en derrotar militarmente dentro de Siria a las bandas armadas de los países intervencionistas, que no han dudado estos días pasados en utilizar la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas, como fue el caso de Qatar, EEUU y Gran Bretaña, para pisotear, con relación a Siria, unos de los principios fundacionales de las ONU, recogido en el Capitulo Primero, artículo 2º apartado cuarto donde se manifiesta que: Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.
El pueblo de Siria tendrá que darse cuenta que el fin de la guerra pasa primero por derrotar a las fuerzas internacionales representadas en las bandas armadas que quieren llevar a Siria al caos, y por ello, tendrán que tomar partido en favor de la paz, para posteriormente abrir un proceso democrático en que Al Asad si el pueblo sirio lo decide ya no estará.
En ese sentido hay que entender la decisión del Khaled Abdel Rahman al-Zamel y de todos aquellos militares que no quieren ver a su patria, colonizada por potencias extranjeras, y gobernada por vasallos de las mismas.

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25/09/2012

NOTICIA. La incursión de un avión teledirigido mató el sábado 22/09/2012 a tres personas en la región tribal de Datta Khel, en la provincia de Waziristán del Norte

Comentario

Drones: Terror desde el cielo

El bombardeo de los drones del día 22 en Pakistán coincidió con la visita a Washington de la ministra pakistaní de Relaciones Exteriores, Hina Rabbani Khar, una de cuyas misiones es precisamente demandar el cese de ese programa, a cargo de una división especial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En lo que va de año Pakistán ha sido blanco de 29 ataques de aviones teledirigidos, los cuales han causado 213 muertes.
Los asesinatos con drones de sospechosos de terrorismo comenzaron en el 2004, pero se intensificaron desde la llegada de Barack Obama al Gobierno. La serie de ejecuciones selectivas entre 2011-2012 formó parte destacada del programa de aviación no tripulada en EEUU, al que se vincula con las ejecuciones de cientos de civiles en el extranjero durante los últimos años.
Un estudio realizado por universidades de Stanford y de Nueva York, en Estados Unidos, basado en entrevistas y sondeos realizados entre la población local pakistaní, revela que el programa de "asesinatos selectivos" con drones a cargo de la CIA causa numerosas muertes entre la población civil pakistaní. Según los datos que recoge este estudio, titulado 'Viviendo bajo drones', por culpa de estos aparatos estadounidenses, desde 2004 en Pakistán fueron asesinados entre unos 470 y 880 civiles, entre ellos, 176 niños.  Los autores del informe constatan el pánico que atenaza a la población pakistaní, especialmente en la región tribal de Waziristán del Norte, en el oeste del país, que últimamente ha sido blanco de múltiples ataques estadounidenses.
"La región entera está siendo aterrorizada por la amenaza permanente de muerte desde el cielo afectando a su estilo de vida: los niños están demasiado asustados para ir a la escuela; los adultos temen acudir a bodas, funerales, reuniones de negocios o de cualquier cosa que tenga algo que ver con reunirse en grupos”.

El documento establece que los ataques causan traumas emocionales y económicos a los heridos y a sus familiares, mientras se vive en la permanente inquietud de la instalación, por parte de agentes de la CIA, de etiquetas electrónicas sobre las casas de los pakistaníes para atraer a los drones. El estudio argumenta que el Gobierno de Barack Obama no ha revelado bajo qué criterios y factores los militares determinan que una persona es ‘delincuente’ a la hora de ser considerado objetivo de los drones.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió al organismo internacional investigar esos ataques por considerarlos ilegales y responsables de la muerte de civiles inocentes.
La Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU) decidió demandar a la CIA por la negativa de la agencia a cumplir con una solicitud de entregar documentos relacionados con el programa de 'asesinatos selectivos' con drones durante la administración de Barack Obama.  Con este paso la ACLU busca "averiguar cuándo, dónde y contra quién los aviones no tripulados pueden ser autorizados.
La política de la administración de Obama sobre la actividad de los drones es criminal, pues las ejecuciones desde el aire, se realizan sobre personas imposibles de identificar que son ajusticiadas sumariamente por meras sospechas, sin importar su presunción de inocencia, si están solas o acompañadas, y si quienes les acompañan son adultos o niños. Los crímenes de guerra de EEUU no pueden ser juzgados por ningún tribunal internacional o de otro país, y esta impunidad de la que goza EEUU en el mundo, es la que hace que pueda diseñar y ejecutar todo tipo de acciones militares con desprecio total a la vida de inocentes.
Un gran aparato mediático para silenciar sus crímenes, y cuando no pueden por evidentes, para minusvalorar los mismos, o para despreciar a las victimas tachándolas de pertenecer a pueblos bárbaros y atrasados sirve para justificar las actuaciones criminales. El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, denunció la mortífera actuación de los drones, y saliendo al  paso de las perversas interpretaciones mediáticas occidentales afirmó “que no se insulte más la memoria de los muertos, y no se demonice a las mujeres y los niños inocentes de Pakistán
La consideración interesada de gobiernos, medios de comunicación y algunas ONGs occidentales de contabilizar la vulneración de los derechos humanos circunscritas exclusivamente al ámbito de cada país, y no por el total de crímenes que un país comete dentro y fuera de sus fronteras, es un insulto a la razón humana y a los propios derechos humanos, e instalados en esa aberración discursiva, se ha llegado al despropósito de que no contabilicen como actos criminales la muerte de civiles por los denominados efectos colaterales de las guerras, cuando han sido las actuaciones militares de EEUU fuera de sus fronteras,  en la primera década del presente siglo, la principal causa de violación de los derechos humanos en el mundo con miles de torturados y encarcelados extrajudicialmente, y decenas de miles de muertos en las guerras de Irak y Afganistán.
Los países de la UE también participan de esa hipocresía contable, por una parte, critican la pena de muerte, y por otra, consideran como “inocentes efectos colaterales” las ejecuciones extrajudiciales de civiles en Afganistán. Por ejemplo, las 140 muertes de civiles efectuadas por un bombardeo en la región afgana de Kunduz  el 4 de setiembre de 2009 ordenadas por el coronel alemán Georg Klein, Alemania no lo cuenta en su haber de vulneración de derechos humanos.
Ya va siendo hora que, en un mundo globalizado, los delitos que los gobernantes de un país cometen en otros países o contra otros países sean tenidos en cuenta. ¿Hasta cuándo durará la hipocresía de la supremacía moral de los gobernantes occidentales sobre los que consideran pueblos incivilizados y atrasados por la que se arrogan un derecho para amenazar o atacarlos militarmente? ¿Para cuándo unas reglas universales de respeto entre naciones, donde se ponga fin a las amenazas y las guerras de agresión de Occidente contra las naciones rebeldes a sus dictados hegemónicos? ¿Cuándo se hará realidad el principio de que deben ser los propios pueblos quienes alcancen sus metas de libertad y fraternidad sin imposiciones foráneas? ¿Cuándo la Paz será el valor más preciado de la humanidad?
La ONU, en la apertura de su nuevo ejercicio anual ha comenzado sus debates ¿Estarán estas preguntas presentes en los mismos? ¿Los países del NOAL sabrán ser consecuentes con las resoluciones aprobadas en su última cumbre sobre: soberanía, paz y desarrollo, y hacer de este discurso que representa a la mayoría de la humanidad el alma del quehacer del género humano?

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19/09/2012

NOTICIA. El ministro de Defensa Nacional de China, Liang Guanglie, expresó su deseo de que el conflicto con Japón por las Islas Diaoyu se resuelva de forma pacífica

Comentario

Oriente asiático. Rehenes de la tensión

Coincidiendo con el regreso estratégico de EEUU a Asia Oriental, los conflictos de países vecinos de China, aliados de EEUU en la región, han venido incrementándose, particularmente con Filipinas y Japón. China siempre ha manifestado que las disputas territoriales y marítimas deben ser resueltas a través del diálogo y exclusivamente entre las partes en litigio, pero parece ser que tanto Filipinas como Japón han decidido ir por el camino de la política de los hechos consumados.
En el caso de Filipinas se evidenció en la tensa disputa del pasado abril sobre la isla Huangyan, en el Mar Meridional de China, provocada por el envío de un buque de guerra por parte de Filipinas para perseguir a pescadores chinos que operaban legalmente en aguas territoriales de China. El 5 de septiembre, el presidente filipino Benigno Aquino III firmó una orden administrativa para llamar oficialmente a una zona marítima de la parte occidental del país como "Mar Occidental de Filipinas", incluida una parte del Mar Meridional de China. De acuerdo con la orden, el Mar Occidental de Filipinas incluye al Mar de Luzon y las aguas adyacentes a las islas Nansha y a la isla Huangyan.
En el caso de Japón ha venido produciéndose una escalada por el contencioso sobre las islas Diaoyu (o Senkaku) entre China y Japón. La última acción unilateral más grave ha sido la compra de las islas Diaoyu por parte del gobierno japonés a un supuesto particular japonés, y su posterior nacionalización, acción considerada ilegal por China por considerarlas pertenecientes a la soberanía China.
El doctor alemán Ingo Nentwig, experto en China y etnología, en un artículo publicado en el diario alemán Junge Welt, considera que el anuncio de Japón de la "compra" de las Islas Diaoyu es un intento de alterar los resultados territoriales de la Segunda Guerra Mundial” Junge Welt relata que Japón ocupó las Islas Diaoyu en la Guerra Chino-Japonesa de 1894-1895 y que puso a Taiwán y a las Islas Diaoyu bajo su régimen colonial mediante el Tratado de Shimonoseki que fue impuesto por Japón. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón debió haber devuelto a China todos los territorios que había usurpado desde la guerra chino-japonesa con base en la Declaración de El Cairo de 1943 y en la Declaración de Postdam de 1945, que definen los términos de la rendición de Japón. Y Aunque Taiwán y las islas Penghu, sí regresaron a China, las Islas Diaoyu, junto con Okinawa, siguieron ocupadas por Estados Unidos, de acuerdo con el llamado Tratado de San Francisco de 1951. China presentó una protesta de inmediato en contra del tratado de 1951 porque no fue incluida en las negociaciones. "Por lo tanto, la continuación del control de las Islas Diaoyu en el marco de la ocupación estadounidense es inválida con base en la ley internacional". "Cuando Washington 'devolvió' Okinawa y las Islas Diaoyu a Japón en mayo de 1972, China protestó inmediatamente contra este acto ilegal".
Desde el punto de vista histórico, la Biblioteca Nacional de China ha presentado documentos, atlas y publicaciones sobre la islas Diaoyu y sus islotes afiliados en el Mar Oriental de China que demuestran que China descubrió las islas Diaoyu a principios del siglo XV y las puso bajo su jurisdicción como islotes afiliados a Taiwán, y el gobierno central de China incorporó las islas en la esfera de defensa de la provincia de Fujian, este de China.

El gobierno japonés anunció la "compra" de las Islas Diaoyu y sus islotes afiliados Nan Xiaodao y Bei Xiaodao el pasado 11 de septiembre. A esta política de hechos consumados China respondió con el envió de varios buques a patrullar la aguas territoriales que considera dentro de su soberanía.
No obstante, el contencioso histórico sobre la soberanía de estas islas es solamente la parte externa del problema. El problema real es que Japón utiliza este contencioso para crear tensión con China, cuando sorprendentemente es un litigio menor, considerando el alto grado de relaciones económicas alcanzados entre China y Japón, en las que China es el primer socio comercial de Japón, y el país nipón es el cuarto de China, suponiendo el comercio entre los dos países  el 20 por ciento del comercio exterior total de Japón, por ello, cabe hacerse la pregunta ¿esta actuación de Japón es un acto propio del militarismo japonés, o forma parte de una estrategia de EEUU que utiliza a Japón para crear tensiones con China?
La población de China mantiene vivo el recuerdo de la agresión del militarismo japonés* como potencia del Eje al igual que muchas personas de la región Asia-Pacífico, y la actuación en el caso de las islas Diaoyou despierta los fantasmas del resurgimiento del agresivo expansionismo japonés. No obstante, esta actuación, aunque esté instrumentalizada por sectores derechistas japoneses, no responde al sentir de la mayoría del pueblo japonés de iniciar una nueva etapa de expansionismo imperialista, sino que ayuda a la estrategia de EEUU de fidelizar a Japón y Filipinas como aliados inquebrantables en la región a través de erigirse como aliado principal de su seguridad y, en el caso de Japón, le viene bien para reforzar su alianza militar mutua, la cual, en los últimos años, se venía debilitando ante el creciente descontento que la presencia militar de EEUU venía despertando entre la ciudadanía japonesa y que llevó en junio del 2010 a que el primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, presentará su dimisión por su impopular decisión de mantener la base militar estadounidense en la isla de Okinawa.
A pesar de la afirmación de la secretaria de Estado Hillary Clinton en su última visita a Pekín, “El Pacífico es suficientemente grande para todos los países, incluidos Estados Unidos y China”, y las reiteradas afirmaciones por distintos altos cargos de EEUU, de que EEUU no pretende contener a China en la región, la realidad de los hechos es que EEUU está detrás de los contenciosos existentes con China, como se vio en el pasado mes de agosto, cuando EEUU comenzó una maniobra militar con Japón sobre toma de islas durante un mes, una acción de claro apoyo de Washington a Tokio en el contencioso de las islas Diaoyu.
Quien gana con la tensión en la zona no es Japón, pues la misma ha afectado el comercio sino-japonés. Las agencias turísticas chinas cancelaron una gran parte de los viajes a Japón. Las ventas de productos fabricados en Japón, especialmente los automóviles y los artículos electrónicos, se han reducido bruscamente en China durante el pasado mes; quien gana es EEUU a costa de que pierda Japón, instrumentalizando las veleidades imperiales de los sectores japoneses más derechistas. La trampa en la que ha caído Japón es que se ha convertido en rehén de la propia tensión que ha generado con China pues, la misma, refuerza el tutelaje de EEUU y aparta a Japón de su progresiva integración regional, cuestión que debe preocupar a EEUU, pues la progresiva integración económica puede inducir a Japón a una política más soberana y apartada de la tutela de EEUU.
China podía haber adoptado un perfil bajo ante la provocación japonesa, pero la misma no habría sido entendida por la mayoría de la población China, y tampoco hubiera sido coherente con la tradición de China de poner las cuestiones de la soberanía siempre en primer lugar, como respuesta a la larga humillación a la que se vio sometida desde el siglo XIX hasta la proclamación de la actual república, por los imperios británico y japonés. Por otra parte, el PCCh celebra en octubre su XVIII congreso, y sabe que los enemigos de China pretenderán crear un ambiente contrario al mismo, por ello, la exaltación patriótica es el mejor antídoto frente a posibles manejos en la sombra.
EEUU en su política geoestratégica de subordinación de naciones utiliza frecuentemente la tensión militar y política contra otras naciones, bien de forma directa o interpuesta por medio de terceros países, como forma de averiguar las respuestas prácticas de los adversarios a los que somete a dicha tensión, si las mismas son débiles acentúa más la tensión, pero cuando las respuestas son firmes tiende a contenerse.
En el caso de China ha visto que no puede doblegarla, por el contrario en el caso de Japón, por el momento, ha visto que es fácil someterlo a sus intrigas y por lo tanto reforzar su tutelaje.
El pueblo japonés tendrá que valorar si es mejor un destino basado en: su soberanía para construir la paz; el diálogo como forma de resolver conflictos, y el desarrollo económico e integración regional, o si sigue encadenado a las intrigas de EEUU y de los sectores más derechistas de Japón.
Por su parte, China tendrá que hacer esfuerzos para desactivar todos los recelos que pueda suscitar su emergencia como potencia económica, y en consenso con otras naciones, ayudar a superar los rescoldos que quedan de la Guerra Fría, particularmente la división de las dos Coreas como fuente de inestabilidad regional, que impide consolidar una amplia zona de Paz que garantice el desarrollo económico sin contratiempos.
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* Cada 18 de septiembre se recuerda en China el aniversario de la invasión japonesa en 1931. Siendo esta fecha considerada por algunos historiadores como el inicio de la Segunda Guerra Mundial, que tendría continuidad en 1936 en la guerra civil española, en 1939 con la declaración de guerra de Gran Bretaña a Alemania, y en 1941, con la entrada en la guerra de la URSS y EEUU.
En China murieron 12 millones de personas, 5,6 millones de civiles y 6,4 millones de soldados, siendo después de la URSS el país que más bajas contabilizó por causa de la guerra. (fuente: Atlas histórico mundial. Editorial Istmo 1986).
En la foto, alumnos recuerdan en Shenyang, la capital de la provincia nororiental china de Liaoning, el 81º aniversario de la invasión japonesa del noreste de China y a los fallecidos en la guerra.

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14/09/2012

NOTICIA. El asesinato de embajador de EEUU en Libia, demuestra los riesgos de colaborar con extremistas

Comentario

El difícil despertar del mundo árabe

El mundo árabe está comprometido en su segundo despertar. El primero fue el que le dio la soberanía como naciones. En los dos primeros tercios del siglo XX, las actuales naciones árabes alumbraron su independencia de los imperios, turco, francés, británico, español y alemán. La independencia vendría de la mano de dos pensamientos políticos totalmente diferenciados. En Argelia, Túnez, Egipto, Siria e Irak la influencia del pensamiento laico  tendría gran importancia, con el FLN en Argelia, El Nasserismo en Egipto, el socialismo de Bourguiba en Túnez, de Gadafi en Libia, y los partidos Baaz del Renacimiento Árabe Socialista, en Siria e Irak; por el contrario, en Arabia Saudita, Jordania, Marruecos y Emiratos Árabes se impondría el pensamiento conservador de monarquías absolutistas cuyo máximo exponente de raíces medievales es Arabia Saudita regido por la Ley Básica adoptada en 1992 que declara que los reyes de Arabia Saudita serán los descendientes del primer rey, Abdelaziz bin Saud y que el Corán será la constitución del país es decir que se regirá por la Ley Islámica o Sharia. No existen partidos políticos, ni tampoco elecciones, excepto las municipales sin que se puedan presentar formaciones políticas y donde la mujer no tiene derecho a voto.
Si las formaciones políticas laicas fueron las más activas políticamente en el proceso de independencia árabe, tras la misma, sus gobiernos sustentados en partidos únicos no pudieron cubrir las expectativas socioeconómicas que la población había puesto en la meta de la soberanía, por otra parte, los partidos de pensamiento laico tampoco encajaban en la fuerte tradición religiosa musulmana de la población. En las relaciones internacionales esta corriente de pensamiento se situó claramente enfrentada a los antiguos imperios coloniales y a EEUU como sucesor de las políticas neocoloniales y a su principal aliado en la región, Israel, si bien, tras la derrota de Egipto por Israel en 1967 en la guerra de los seis días, la relaciones irían cambiando, pasando Egipto bajo el régimen de Mubarak a convertirse en un fiel aliado de Israel y EEUU. Con posterioridad las pretensiones de Irak de convertirse en una potencia regional fueron finiquitadas por la invasión de ese país por EEUU en el 2003.
Esta corriente árabe de pensamiento semilaica, iría progresivamente entrando en colisión con la emergencia política de los partidos ligados al Islam. Su incapacidad para promover un desarrollo socioeconómico inclusivo, iría dando relevancia a las formaciones políticas islámicas. Las revueltas del año 2011 en Túnez, Egipto y Libia acabarían con las regímenes herederos de la independencia.
De manera diferente, los países que accedieron a la independencia manteniendo la tradición monárquica e identificada con el islamismo más fundamentalista como Jordania, Marruecos, Emiratos Árabes y particularmente Arabia Saudita, son las naciones donde las revueltas populares prácticamente han pasado sin que las mismas hayan dado lugar a ningún cambio político. Este desenlace, hasta el momento, es un alivio, no solo para los gobernantes de estas naciones sino también para Occidente, pues los regímenes absolutistas que gobiernan son fieles aliados particularmente de EEUU.
De todos los regímenes árabes de inspiración laica, solamente ha quedado uno en pie: Siria, bajo el gobierno de Al Assad, y el partido Baaz, y su derrota, en la actual guerra que mantiene contra grupos armados, sería un triunfo para el movimiento político islámico sunnita, pero a su vez también lo sería para Israel y Occidente, pues, el gobierno que le sucedería sería fiel a sus dictados. El ejemplo más claro se ha visto en Libia, el triunfo de los combatientes del Islam partidarios de implantar en ese país un régimen basado en las leyes islámicas, es a su vez, en pago al servicio de Occidente por llevarlos al poder, uno de los más fieles aliados en la región.
Hasta ahora se ha demostrado como evidente que, en el ascenso político fundamentalista sunnita, Arabia Saudita como régimen más importante de esa corriente en el mundo árabe gana en influencia y también lo hace EEUU como aliado principal de este país. El conflicto sirio hay que entenderlo en este contexto, y por ello, tanto Arabia Saudita como EEUU son los países más comprometidos en alimentar la sublevación armada en siria contra Al Assad a través de apoyar con armas y combatientes extranjeros a los rebeldes sirios. En el caso de Arabia Saudita porque Siria representa para su liderazgo sunnita en la región el último reducto a abatir, y en el de EEUU porque supone acabar con un aliado de Irán.
En el objetivo de derrocar el régimen de Al Assad, también está comprometida la corriente yihadista tanto interna como de otros países. Muchos combatientes yihadistas de Libia que lucharon contra el régimen de Gadafi están engrosando las filas de la resistencia armada en Siria. Ni EEUU ni Arabia Saudita y el resto de monarquías del golfo disimulan su apoyo a estos grupos armados provenientes de otros países, facilitándoles su entrada a Siria desde Turquía, Jordania y Líbano y armándolos; negándose a condenar sus atrocidades, como las efectuadas recientemente en atentados con coches bomba en Alepo en las que han perdido la vida numerosos civiles. En la guerra de Siria, los yihadistas ponen su sangre, y Arabia Saudita y Occidente las armas, la logística y la cobertura diplomática y mediática.
Tras el fracasado plan de Kofi Annan, para mediar entre las partes enfrentadas, el ejército del régimen sirio ha emprendido una ofensiva que está diezmando las filas de los levantados en armas. Sus reclamos para que la OTAN intervenga, como lo hizo en Libia, no han tenido eco ante la firme postura de China y Rusia de no autorizar en el Consejo de Seguridad de la ONU una intervención extranjera. La guerra está empantanada, y aunque a Occidente no le viene mal que la misma prosiga, pues su prolongación debilita al régimen sirio, también el paso del tiempo, sin que las bandas armadas consigan avances militares y apoyo de la población, tiene que estar desmoralizándolas, al comprobar que son falsas las expectativas creadas por los medios de comunicación occidentales y de las monarquías del golfo, de que su lucha no sería una guerra prolongada, ante el inminente final del régimen de Al Asad.
Si bien, para los yihadistas, el considerado anti-islámico régimen de Al Asad, es su enemigo principal, EEUU y las monarquías del golfo también lo son, lo expresó claramente en febrero del presente año el líder de Al Qaeda Ayman al Zawahiri: "los rebeldes en Siria que buscan deponer al presidente Bashar Assad no pueden depender de la ayuda de Occidente, Estados Unidos, Turquía y los ejecutivos corruptos de los países árabes de la Liga Árabe”. Y aunque en Siria se apoyen mutuamente contra su enemigo principal, la desmoralización que se puede estar gestando debido al estancamiento de la guerra, se puede traducir en resentimiento al ver que están siendo utilizados en una guerra donde, hasta ahora, solo están encontrando una muerte segura, sin que la OTAN se atreva a intervenir y, si esta sospecha se acentúa, la alianza de los yihadistas con Arabia Saudita y la OTAN puede resquebrajarse, cesando el flujo de combatientes de Libia y otros países árabes hacia Siria.
Los recientes acontecimientos de Libia en los que la embajada de EEUU fue atacada en protesta por la difusión de un video sobre la vida del Profeta Mahoma, blasfemo para los creyentes musulmanes, en el que murió el embajador de EEUU, muestran por el tipo de ataque con granadas, que en el mismo participaron yihadistas entrenados en su manejo, lo que a su vez evidencia la fragilidad en la que se encuentra la alianza de estos grupos con la OTAN y las monarquías árabes, optando, por lo menos un sector de los yihadistas por volverse contra los que hasta ahora han venido siendo sus patrocinadores en Siria y Libia. Según la publicación del diario ruso Kommersant bajo el título, “La revolución Libia devora sus progenitores” el ataque al consulado de Bengasi fue perpetrado por militantes de la agrupación Ansar ash Sharia, una de las principales fuerza de ataque de la insurgencia creadas durante la guerra civil en Libia, y que recibió importante ayuda de países occidentales, entre ellos EEUU.
La amplitud de la protesta en los países árabes, tampoco se puede pensar que responda a un movimiento puramente espontáneo, los sectores más radicales han encontrado en el legítimo enfado de los fieles musulmanes una oportunidad para atacar en todos los frentes. El desconcierto de la ruptura de una alianza que parecía firme entre yihadistas y EEUU en Libia lo reflejan las palabras de Hillary Clinton al comentar lo sucedido: “¿cómo pudo ocurrir? ¿Cómo pudo pasar en un país que ayudamos a liberar, en la ciudad que ayudamos a salvar de la destrucción? Esto demuestra lo complejo y desconcertante que puede llegar a ser el mundo”.
Pero lo desconcertante es que EEUU todavía no se haya dado cuenta que está jugando con fuego al pretender instrumentalizar inmoralmente a todos los que estén dispuestos a luchar para sus fines, como fue en su momento en Libia o ahora en Siria, armando cuando le interesa a jihadistas que desprecian la vida de civiles inocentes, y cuando tienen oportunidad vuelven sus armas contra sus enemigos de todo signo. Lo desconcertante es que Occidente no entienda que en un mundo globalizado, el propio concepto liberal: la libertad de uno termina donde empieza la del otro (art. IV derechos del ciudadano 1789), debe ser razón suficiente para que ningún Estado permita que en nombre de la libertad de expresión en un país, se puedan herir los sentimientos religiosos de cientos de millones de personas en otras partes del mundo. Occidente ha estado criticando a Rusia por el caso de las Pussy Riot, porque, en el entendimiento de Occidente, parece ser que lo que no es delito en Occidente no tiene porque serlo en Rusia, pero la realidad es que en Rusia millones de fieles ortodoxos se sintieron ofendidos por la utilización de una Iglesia para la publicidad política de las Pussy Riot, incluso algunos feligreses llegaron a formar retenes para custodiar las iglesias ante el llamamiento del grupo FEMEN de profanarlas en protesta por la sentencia impuesta a las activistas de Pussy Riot. Morsi presidente de Egipto ha calificado el video blasfemo sobre Mahoma como un crimen contra la humanidad, mientras que para los “cruzados progresistas occidentales” es una inocente muestra de la libertad de expresión ¿Dónde está el término justo? La afirmación de Putin de que el Estado debe proteger los sentimientos de los creyentes, es la mejor manera de entender que la libertad de expresión de unos termina cuando millones de personas pueden sentirse ofendidas en lo más profundo de sus creencias.

El drama del mundo árabe es que no termina de conformar un pensamiento equilibrado entre la política y la religión. La concepción retrograda de política y religión se muestra en las monarquías árabes, pues cuanto más retrógrada, más se justifica la existencia de las monarquías absolutistas del Antiguo Régimen, y más se desprecia la democracia.
El mundo árabe tendrá que encontrar el punto de equilibrio entre la religión y la democracia; entre la democracia y el desarrollo socioeconómico inclusivo, y entre la soberanía y el respeto a otras naciones. Tal vez, el nuevo presidente de Egipto esté intentando encontrar ese punto, y si logra ese consenso con la sociedad será un ejemplo para el resto de naciones árabes. Morsi está dando pasos importantes, en política interna, al afirmar la autoridad de la democracia frente a los militares y el inicio de políticas tendentes a un desarrollo socioeconómico inclusivo; en política exterior, apunta a una diversificación de las relaciones de Egipto entre los países emergentes y los desarrollados. Su propuesta de creación de un grupo de contacto regional formado por Egipto, Turquía, Arabia Saudita e Irán para facilitar una solución regional al conflicto en Siria, puede ser una buena iniciativa, siempre y cuando solo se busque la pacificación de ese país para que se abra un proceso político en el mismo para solucionar por la vía del consenso las diferencias políticas de la sociedad en Siria.
No obstante, Morsi irá demasiado lejos si pretende que el grupo de contacto decida por lo que legítimamente solo le corresponde decidir a los sirios. La política exterior de Egipto como de cualquier nación integrada en el Movimiento de los no Alineados, debe ser respetuosa con los principios que rigen esa organización, en los que la soberanía de las naciones es sagrada.
Morsi no pareció entenderlo así en la cumbre del NOAL en Teherán, al ignorar su responsabilidad como presidente saliente de respetar la soberanía de las naciones presentes en la reunión, entrometiéndose, en una desafortunada intervención, en la política de Siria, despreciando con ello públicamente ante todos los presentes, representantes de más de cien naciones, los principios del NOAL. Tal vez Morsi con esa intervención pretendió agradar a EEUU, pero demostró no ser un político de sólidos principios comprometido con el NOAL.

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09/09/2012

NOTICIA. El presidente chino, Hu Jintao, mantuvo en el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), una reunión con su homólogo ruso Vladimir Putin para promover la asociación estratégica integral de coordinación entre los dos países y tratar diversos temas regionales e internacionales.

Comentario

Las relaciones chino-rusas en un mundo en transformación

La reunión anual del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC),  (8-9-de septiembre) en la ciudad portuaria de Vladivostok, en el oriente ruso, ha permitido la reunión bilateral entre diferentes mandatarios mundiales presentes en ese foro de los 21 países que componen el mismo.
Los países de la APEC engloban el 40 por ciento de la población mundial; el 54 por ciento de la economía mundial, y el 44 por ciento del comercio mundial. Las reuniones preparatorias del Consejo Empresarial, ha contado con 700 representantes de las 545 mayores compañías de la APEC, cuya producción industrial representa el 56 por ciento del total mundial. Las mayores delegaciones han sido las de Rusia, con 190 empresas, China y Hong Kong, con 170, y Estados Unidos, con más de 60. Bajo el tema "Integrarse para Crecer, Innovar para Prosperar", los líderes políticos asistentes a la cumbre acordaron que, para lograr un crecimiento sólido, sostenible y equilibrado mundial, es clave fortalecer el comercio internacional, la inversión y la integración económica.
Rusia ve la región Asia-Pacífico como la cuna de un nuevo orden mundial en el que China avanza a pasos agigantados. El presidente ruso, Vladimir Putin, en su discurso de apertura destacó el cambio de centro de gravedad económico de Europa y Estados Unidos hacia los países de la región del Asia-Pacífico, como China y Rusia.
El entendimiento y confianza entre China y Rusia ha llegado a un grado sin precedentes. Este logro tiene especial relevancia debido a las difíciles relaciones que han existido entre estas dos gigantescas naciones en los últimos cuarenta años del siglo XX, que tuvo su punto de mayor enfrentamiento en el periodo de la antigua URSS. El conflicto Chino soviético en los años sesenta dio lugar a enfrentamientos armados en 1969 en la frontera en el río Amur, la URSS llegó  a estacionar un millón de soldados a lo largo de la frontera norte de China. El apoyo inicial de la URSS a China tras la proclamación de la república popular en 1949 bajo el liderazgo de de Mao Zedong devino en una permanente intromisión del poder soviético en China. Los gobernantes chinos entendieron que tras la Segunda Guerra Mundial la URSS había comenzado una deriva imperialista que pretendía regir los destinos de China desde Moscú. 
La visita de Nixon a China en 1972 materializó la alianza entre China y EEUU que se concretó en el Comunicado de Shanghai. Para EEUU y China, en aquel momento, su alianza suponía un paso importante para aislar a la URSS.
Con perspectiva histórica, se puede considerar que esta alianza contribuyó a que el expansionismo de la URSS entrará en una fase de decadencia que se agravó con su derrota militar en Afganistán tras una década de ocupación militar (1979-1989), y con las revueltas populares a favor de la soberanía en los países del Este de Europa, acontecimientos que llevaron a la burocracia soviética a aumentar sus gastos militares y a distanciarse de las necesidades de desarrollo económico de la sociedad rusa. Estas contradicciones tanto externas como internas serían la causa del desplome de la URSS entre 1989 y 1991.
La visión estratégica basada en los principios ideológicos de la República Popular de China de rechazar todo tipo de hegemonía e injerencia como uno de los fundamentos para la emancipación de las naciones y que le había llevado a distanciarse de la URSS, le permitió a China, tras el desplome político del mundo soviético, salir del corsé de la Guerra Fría y afianzar la política de reforma y apertura tanto interna como internacional.
Los años noventa fueron años de incertidumbre, la desintegración del imperio soviético llevaría al surgimiento de nuevas naciones en el espacio pos-soviético, incluso Rusia entró en un proceso de disgregación regional donde el poder central tradicional de Moscú quedó seriamente dañado. Las transformaciones económicas en Rusia de una economía estatalizada a una economía de mercado, producirían a su vez profundos desequilibrios en la sociedad rusa. En sus relaciones exteriores, Rusia se inclinó hacia una relación internacional preferente con Occidente y pasó a formar parte del G8 o G7+Rusia.
Con la llegada de Putin al poder Rusia comenzó a reorganizar la administración en todo el territorio de Rusia; asegurar la soberanía de sus recursos energéticos, y ordenar su sistema financiero. En política internacional desarrolló una doctrina apegada a los principios de la coexistencia pacífica y de la carta fundacional de la ONU de respeto a la soberanía de las naciones, así Rusia perdió su secular naturaleza imperialista forjada bajo los zares y que había tenido continuidad en el régimen soviético. Estos cambios introducidos por Putin y Medvedev en los primeros años del siglo XXI, permitirían acabar con las diferencias fronterizas entre China y Rusia heredadas de la época soviética y propiciar la convergencia económica entre ambas naciones al ser economías que se complementan entre sí: Rusia suministra a China petróleo y gas natural y China productos manufacturados. Según los planes recíprocos previstos, los dos países se esforzarán por aumentar el comercio bilateral hasta los 100.000 millones de dólares estadounidenses en 2015 y los 200.000 millones de dólares en 2020. En 2011, el comercio bilateral registró un récord de 79.200 millones de dólares. En los primeros siete meses del presente año, el volumen comercial se situó en 50.900 millones de dólares, lo que ha supuesto un crecimiento interanual del 17,7 por ciento.
La cooperación de Rusia y China, está teniendo un fuerte impacto en las transformaciones del espacio económico mundo, no solamente por la importancia del nuevo eje económico que se está formando en el oriente asiático sino porque como efecto colateral está acabando con las relaciones neocoloniales de Occidente con los países en desarrollo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el neocolonialismo se ha caracterizado por el monopolio tecnológico de Occidente, que unido a su tradición política hegemónica, obligaba a los países en desarrollo a tener que someterse a los dictados occidentales en sus relaciones económicas y políticas si querían modernizar sus industrias básicas y tener mercados donde exportar sus productos. Durante las pasadas décadas, estas relaciones permitieron a Occidente dividir el mundo entre un centro económico desarrollado, donde se concentraba la demanda efectiva económica, y una periferia compuesta por los países en desarrollo a los que asignaba el papel de suministradores de materias primas para el consumismo occidental y exigía a las dirigencias políticas de los países en desarrollo el sometimiento a su rectoría política. Esta conformación del espacio económico y político mundial, ha sido el causante de los profundos desequilibrios socioeconómicos en los países en desarrollo, pues las amplias masas de población no formaban parte de la funcionalidad económica neocolonial entre el centro y la periferia y por lo tanto quedaban excluidas de los beneficios económicos, agrupándose en el denominado sector informal.
La emergencia económica e innovadora de China y Rusia está rompiendo el monopolio tecnológico occidental, y actualmente los países en desarrollo tienen socios tecnológicos y mercados entre los que elegir. Esta nueva situación, no sólo tiene para los países en desarrollo la ventaja de una mayor libertad en la elección de socios económicos, sino que la condición impuesta por Occidente del modelo de subordinación neocolonial si querían acceder a su tecnología y mercados, pierde su razón de ser. Ello se está viendo particularmente en Sudamérica. China se está convirtiendo en los últimos años en el principal socio comercial de esta región del mundo, y Rusia esta logrando importantes avances; con ello, los gobiernos de estos países ya no se sienten obligados a someterse a los dictados de EEUU para poder modernizar sus economías o tener mercados para sus productos. Este cambio se está produciendo no solamente con los gobiernos de izquierda, por ejemplo del ALBA, sino que tanto el presidente Santos en Colombia y Piñera en Chile están muy  interesados en su relación con China, y ya no aceptan la relaciones neocoloniales de antaño.
El modelo de relaciones internacionales practicado por China y Rusia de separar la política interna de cada país de las relaciones comerciales, tiene la cualidad de que se presta a que la confianza entre naciones avance más rápido, pues el país que establece relaciones comerciales no teme la injerencia en sus asuntos políticos, mientras que Occidente sigue apegado a su viejo esquema neocolonial de pretender subordinar políticamente a los países en desarrollo bajo el manto de su cruzada liberal en el mundo. En Latinoamérica no hay que remontarse muy atrás para comprobar estas políticas injerencistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Honduras o Paraguay.
No obstante, en esta competencia internacional Occidente tendrá que cambiar sino quiere ir perdiendo progresivamente aliados políticos y comerciales en los países en desarrollo. La confianza política entre naciones está pasando a ser un elemento fundamental en el establecimiento de las relaciones comerciales, y la injerencia y las amenazas que son la práctica habitual de las naciones occidentales en sus relaciones internacionales, son antagónicas con la creación de confianza. La embajadora de Bolivia en Alemania, Elizabeth Salguero, en una entrevista a Deutsche Welle fue muy elocuente al respecto al afirmar “en nuestras relaciones económicas internacionales buscamos socios y no patrones”.
Rusia y China, saben que el respeto que les tiene Occidente como naciones está en función de su poderío y firmeza, pero que si existiera una coyuntura propicia Occidente arremetería contra ellos, cuestión que se manifiesta en la expansión de la OTAN hacia el este, y en el rebalanceo militar estratégico de EEUU hacia la región de Asia-Pacífico. La política occidental de mano tendida compaginada con la política de acoso, se muestra claramente en el caso de Rusia. EEUU tiene el proyecto de instalar un escudo antimisiles en los países fronterizos con Rusia en Europa, al mismo tiempo EEUU intenta convencer a Rusia de que el mismo no está dirigido contra Rusia, pero se niega a concederle garantías jurídicas, por otra parte, el candidato a la presidencia de EEUU, Mitt Romney, ha calificado a Rusia como el principal enemigo de EEUU, sin embargo, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, manifestó en la cumbre de la APEC “que EEUU podría duplicar o hasta triplicar sus exportaciones a Rusia”, y su confianza en que el Congreso estadounidense abolirá este mes la enmienda Jackson-Vanik que desde 1974 restringe el comercio de EEUU con Rusia. En esta política dual de EEUU hacia Rusia, es evidente que Rusia tendrá que dar una respuesta adecuada al escudo antimisiles estadounidense, a la vez que amplia sus relaciones comerciales con EEUU y con la APEC, que según afirmó el vicejefe del gobierno ruso, Igor Shuvalov, como muy tarde en diez años, los integrantes de la APEC podrían superar a la Unión Europea como mayor socio comercial de Moscú.
No obstante, los países en desarrollo, pequeños y medianos, no pueden desarrollarse y rearmarse militarmente, como lo pueden hacer China o Rusia, sino básicamente desarrollarse y, por ello, tenderán a comerciar, en paridad de condiciones, con las potencias que tienen descartadas y avaladas en su práctica de años la política de no injerencias y respeto a las decisiones soberanas. La reciente cumbre en Teherán de los países “no alineados” donde reside la mayoría de la humanidad ha mostrado la importancia y prioridad de la política de paz y desarrollo basada en los principios fundacionales de la ONU de respeto entre naciones, que suponen, en la práctica, la aspiración de acabar de una vez por todas con el neocolonialismo.
Tanto China como Rusia tienen una oportunidad de participar activamente en esa aspiración de los países no alineados de alcanzar una gobernanza mundial más justa tanto con la reforma de la ONU, como en la conformación de un orden económico mundial que prime la paz y el desarrollo mundial sin hegemonías. Es éste un viento que sopla con fuerza en el mundo, solo hay que navegar a favor del mismo.

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03/09/2012

NOTICIA. Mitt Romney se comprometió a "restaurar la promesa de Estados Unidos" en un discurso ante la Convención Republicana en Tampa, Florida

Comentario

El margen de maniobra de EEUU

Por las acusaciones entre los candidatos a la presidencia de EEUU, se puede interpretar la percepción que el electorado tiene de la política en EEUU.
Romney candidato por el partido republicano, acusa al actual presidente Obama y candidato por el partido demócrata, de no tener recetas para reactivar la economía de EEUU y de haberse instalado en la debilidad como nación rectora mundial. Propone la creación de millones de puestos trabajo en EEUU, y una política internacional más firme y contundente.
Obama crítica a su oponente por proponer políticas económicas que se han mostrado fallidas en el pasado y que dieron lugar a la crisis financiera bajo el mandato del presidente republicano Bush, y hace hincapié en la recuperación de la solvencia de la clase media de EEUU como elemento de crecimiento económico; en cuanto a la política de EEUU en el mundo opina que es la correcta.
De ambos discursos se desprende que la percepción del electorado en los asuntos internacionales se sitúa entre quienes creen que el poder de EEUU en el mundo se encuentra en retroceso ante la pusilanimidad del actual presidente Obama, y quienes confían en Obama y temen el aventurerismo irresponsable de Romney; en la política doméstica la diferencia conceptual se sitúa entre quienes creen que la recuperación económica debe ser fruto de una mayor liberalización de la economía, que apoyan a Romney, y los partidarios de Obama que no están de acuerdo con los excesos liberales que han aumentando las diferencias sociales.
Las campañas electorales en EEUU no se basan en propuestas políticas, sino en mensajes políticos ambiguos que, el político de turno una vez en el poder, puede interpretarlos como estime conveniente en función de los intereses de determinados poderes fácticos, o de la coyuntura política. A pesar de la vaciedad política de los candidatos estadounidenses, el electorado de EEUU (que suele rondar en un 54% de quienes tienen derecho a votar) influido por un gran aparato escénico-mediático carece de cultura política para entender la misma como un compromiso programático, en la confianza de que a quienes votan tienen capacidad para interpretar sus demandas. Así, Mitt Romney, fiel al guión escénico, acompañado de actores profesionales para reforzar el mismo, en el discurso para su nominación presidencial se comprometió a crear millones de puestos de trabajo, aunque no diga como lo va hacer, se comprometió a "restaurar la promesa de Estados Unidos" sin que nadie sepa muy bien en que consiste la misma.
En las últimas elecciones en países europeos como España o Francia, los candidatos a presidente de gobierno en España y de la República en Francia han seguido el guión escénico estadounidense, y sus campañas electorales se han basado en criticar las políticas de sus predecesores, aunque luego en la práctica han continuado las políticas de los mismos. Cuando Obama fue elegido presidente de EEUU en el 2008, todo parecía indicar un cambio sustancial en las políticas de EEUU de su predecesor Bush, pero con posterioridad se ha demostrado que las mismas han sido continuistas, aunque adaptándose a las particularidades de la coyuntura internacional.
La realidad de las fuerzas políticas mayoritarias en las democracias liberales de los países industrializados es que carecen de capacidad política de cambio, no solamente porque están ancladas a los intereses de fuertes grupos de poder económicos y financieros, sino porque las mayorías electorales de estas naciones han alcanzado un estado de bienestar, que les hace ser reacias a transformaciones políticas profundas. A pesar del fuerte impacto que en determinados sectores sociales está teniendo la crisis económica, el electorado se debate entre la frustración de ver como les traicionan quienes les gobiernan, pero a su vez, en la necesidad de tener que votarles como gestores políticos, en el entendimiento de que no hay alternativa a los mismos, ante el temor de que opciones políticas de extrema derecha o de izquierda les arrastrarían al caos. En el fondo se manifiesta una alianza tácita entre los intereses de las clases medias y de las oligarquías dominantes forjada en las últimas décadas, que la crisis del 2008 todavía no la ha roto, con la sola excepción de Islandia, donde la ciudadanía ha protagonizado una revolución democrática económica.
No obstante, a pesar del conservadurismo de los países industrializados, en la mayoría de la humanidad, residente en los países emergentes y en desarrollo, se está acentuando la demanda a favor de que se produzcan cambios económicos y políticos internacionales para mejorar su nivel de vida. El liderazgo a favor de estas transformaciones lo ostentan los países BRIC, pero también otras naciones más pequeñas como Venezuela, Uruguay, Ecuador o Bolivia, donde se está cimentando una doctrina ideológica y política basada en la unidad de las naciones, el respeto entre las mismas, la no injerencia, la paz y el desarrollo inclusivo, de la que muchas otras naciones en desarrollo están tomando ejemplo.
La última reunión de los países no alineados constituyó un paso adelante en esa doctrina, y aunque hubo naciones dentro de los no alineados, particularmente las que sus gobiernos se encuadran dentro del islamismo sunnita como las monarquías del golfo pérsico, que luego practican la política de la injerencia y del alineamiento con la OTAN, la mayoría de las naciones en desarrollo presentes en ese foro han hecho de los principios políticos, de unidad, respeto, paz y desarrollo inclusivo, una guía para la acción, que les permitirá perseguir esos objetivos en el ámbito nacional, regional y mundial.
Así, la cumbre Asean-India (20 y 21 diciembre), que se efectuará en Nueva Delhi se realizará bajo el lema "Por la paz y la prosperidad compartida". En los encuentros preparatorios del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que culmina esta semana con la cumbre de Vladivostok, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, declaró “que el principal objetivo de la presidencia rusa en el APEC es la creación de condiciones externas para el crecimiento social y económico de Siberia y Extremo Oriente”. El primer ministro chino, Wen Jiabao, en un discurso en la ceremonia de inauguración de la II Expo China-Euroasia, en Urumqi, capital de la Región Autónoma Uygur de Xinjiang, afirmó que el continente eurasiático es una de las regiones más prometedoras del mundo en términos de consumo e inversión, pero que "No se puede conseguir nada sin un ambiente pacífico y estable", instando a que los asuntos regionales deben ser resueltos por los países y los pueblos de la región. En Sudamérica la ola de paz y desarrollo está incrementándose de tal manera que casi con toda seguridad pueda acabar con el último reducto de la confrontación armada del continente, en Colombia. Hasta la propia secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, empeñada en sembrar la discordia entre naciones del Pacífico en contra de China, arrastrada por esta ola de paz y desarrollo, tuvo que moderar su lenguaje, prometiendo en su visita a Indonesia en renovar el compromiso de su país con la seguridad y la paz en la región Asia-Pacífico. Y es que, el cambio económico mundial está transformando la propia economía de EEUU, si entre 1982 y 2007 el crecimiento de EEUU se basó en el consumo financiado con el crédito fácil en detrimento de la industria, actualmente Estados Unidos ha vuelto a exportar: sus ventas al exterior fueron casi la mitad de su crecimiento económico el año 2011.
La guerra y la intimidación ya no es negocio en un mundo cada vez más abierto y, con ello, el poderío militar se convierte en un lastre. EEUU tiene desplegadas bases militares en todas las regiones geoestratégicas del planeta, es el país con mayor presupuesto militar del mundo, cuenta con armas para destruir varias veces la vida humana sobre la Tierra; sin embargo, no puede ganar la guerra en Afganistán (un pequeño país económicamente atrasado de pastores y cultivadores de amapolas opiáceas); no puede revertir la emergencia de la soberanía política en Latinoamérica, y su poderío militar, cada año que pasa  ya intimida a menos gente, porque contrariamente a lo que los gobernantes y medios de comunicación de EEUU transmiten a sus ciudadanos, tras el fin de la Guerra Fría, ningún país del mundo se considera enemigo de EEUU, es EEUU quien crea sus propios enemigos cuando un país no se aviene a sus intereses hegemónicos.
Tal vez para Mitt Romney "restaurar la promesa de Estados Unidos" es que el mundo sea como hace una década donde los estrategas del Pentágono, tras el final de la Guerra Fría, soñaron, al igual que todo imperio alguna vez ha soñado, en ser el que dure mil años, y pensaron que podrían dominar militarmente el Oriente Medio; imponer con golpes de Estado a dóciles oligarquías en Latinoamérica; acosar a Rusia para subordinarla a sus intereses; en desestabilizar China, pero no se dieron cuenta que el mundo estaba cambiando, y bastó una crisis en el propio corazón financiero de EEUU; unos insurgentes en Afganistán; el temple político soberanista de carismáticos líderes en Latinoamérica; la reacción de Rusia en su aspiración de desempeñar el papel que le corresponde en el mundo; la emergencia de la fortaleza económica de China y, sobre todo, la convicción de la mayoría de los países en desarrollo de que su futuro está en el potencial de sus propias sinergias políticas, para que el mundo ya no sea el de los primeros años del presente siglo.
Las resoluciones de la última cumbre de los 120 países no alineados en Irán que representaban a más del cincuenta por ciento de la humanidad, ha sido como un aldabonazo, como un disparo de salida en la afirmación de que ha llegado su momento, que no es otro que el momento de la política de la paz, la colaboración y el desarrollo.
Mitt Romney sigue pensando en devolver el protagonismo a EEUU en un mundo que ya no existe, no sabe que el margen de maniobra geoestratégico de EEUU se ha recortado, puede soñar con guerras e intimidaciones contra los declarados por el propio EEUU como sus enemigos, pero si EEUU en una insensata huida hacia adelante crispa la situación mundial progresivamente se irá viendo más solo. No obstante, Mitt Romney, al igual que el actual presidente Obama, sólo son actores en la política escénica de EEUU, sus diatribas electorales sólo son retórica. Las decisiones importantes están a cargo de los poderes fácticos militares, económicos y financieros que son quienes subvencionan sus campañas.